LA PLAZA

Un menú con sabor francés

En Francia la gastronomía es casi una religión. Su recetario es tan extenso como delicioso. Te mostramos tres platos para que pruebes que es cierto.

Nos ponemos el delantal y el gorro de cocinero para viajar a Francia y descubrir algunas recetas de su maravillosa gastronomía. Atento porque hoy cocinamos un entrante, un principal y un postre maravilloso. Tres recetas para hacerte la boca agua y para que fardes delante de tus invitados de lo que aprendiste cuando hiciste aquel viaje a París.

 

Paté de campaña

 

Vamos a empezar elaborando un delicioso paté de campaña basado en una receta tradicional francesa. Como ingredientes necesitarás 500 gramos de carne de cerdo picada, 200 gramos de hígado de cerdo picado, 200 gramos de panceta de cerdo curada, un huevo, una cebolleta fresca, un diente de ajo, 50 mililitros de nata, clavo de olor, nuez moscada, 50 mililitros de coñac y sal y pimenta al gusto.

 

Si puedes, pide al carnicero que te pique todas las carnes juntas, aunque también puedes hacerlo en casa si tienes una picadora. Tritura el ajo y la cebolleta lo más finamente posible y coge un bol para poner la carne, el coñac, el puré que has hecho de ajo y cebolla, las especias –tres golpes de cada una–, la sal y la pimienta. Mezcla todo bien y deja reposar un día en la nevera. Cuando retomes la receta, saca la masa de la nevera y añádele un batido que has de hacer con el huevo y la nata. Cuando todo esté bien integrado reparte la masita en un molde engrasado con aceite o mantequilla y mete en el horno. Has de tapar el molde con papel de aluminio o la tapa y dejarlo a 180 grados durante una hora con calor arriba y abajo para que quede cocido y cuajado. Verás que suelta una grasita, que se puede retirar, aunque si dejas que solidifique ayudará a conservar el paté más tiempo y le dará sabor. Sirve en tostaditas a temperatura ambiente.

 

 

Ensalada de Lyon

 

Esta receta es muy habitual de las cocinas de Lyon, en Francia. Un plato completo, nutritivo y delicioso. El huevo escalfado y su vinagreta de mostaza lo hacen único.

 

Para la ensalada necesitas hojas de lechugas variadas, un huevo, una rebanada de pan asentado –el que se utiliza para hacer torrijas–, tomatitos cherry y 50 gramos de panceta ahumada. Para la vinagreta coge un par de cucharadas de aceite de oliva, una de vinagre, otra de mostaza –mejor de Dijon–, cebolleta fresca y sal y pimienta. ¿Listo?

 

Lava las hojas de lechuga y deja que se vayan secando. Prepara los picatostes friendo el pan cortadito en dados en aceite de oliva. Igualmente fríe la panceta –a tiras o cuadraditos– salteada en su propia grasa. Tienes que escalfar los huevos. Para ello, utiliza un papel film. Coloca el film en un vaso y en su interior unas gotitas de aceite, casca el huevo, salpimenta y cierra el film. Haz tantos paquetitos como huevos quieras poner. Pon agua a hervir y cuando empiece la ebullición introduce los paquetitos de film con los huevos durante cuatro minutos. Es importante que luego cortes la cocción de golpe colocando los paquetes bajo agua fría. Solo te queda la vinagreta, que se realiza mezclando bien todos sus ingredientes hasta formar una salsa que quede bien emulsionada. Para terminar emplata colocando las hojas de lechuga en el fondo con los tomates cherry partidos en mitades, encima coloca el pan y sobre este la panceta y huevo para terminar regando con la vinagreta. ¡Espectacular!

 

 

Buñuelos franceses o beignets

 

De postre algo bien sencillo, unos beignets. Necesitas 450 gramos de harina común, 25 de mantequilla, 120 mililitros de leche evaporada y otros 175 de agua templada, un huevo, 8 gramos de levadura seca de panadería, 50 de azúcar, aceite, media cucharada pequeña de sal y azúcar glasé.

 

Bate la leche con la sal y el huevo. Luego mezcla la levadura con el agua templada e incorpórala a la mezcla. Agrega la mitad de la harina batiendo a velocidad baja. Ahora pon la mantequilla en trozos, el resto de la harina y bate hasta que quede una masa elástica que no se pegue. Pon la masa en la mesa de trabajo y amasa dándole forma de bola. Ponla en un bol limpio y tapado con un film y déjala reposar en la nevera 24 horas. Doblará su volumen. Pasado ese tiempo vuelve a colocarla en la mesa de trabajo –previamente enharinada– y amasa para eliminar el aire. Con un rodillo extiende la masa hasta que tenga un dedito de grosor y córtala con la forma que más te guste. Caliente aceite y deja que se inflen y doren los beignets. Elimina el exceso de aceite con papel absorbente y decora con azúcar glasé por encima. Si lo deseas, puedes rellenarlos con nata o crema pastelera ayudándote de una manga con boquilla fina. ¡Deliciosos!

 

Ya estás hecho todo un chef francés a la altura de los más grandes. Si la cocina es un arte, tú eres el artista.