LA PLAZA

Cómo triunfar con una fideuá

Una de las recetas más populares del Mediterráneo. El plato rival de la famosa paella valenciana. ¿Qué tiene que encanta a todos?

¿Quién tiene el honor de ser el descubridor de esta fantástica receta? Su origen es bastante humilde. Al menos así lo cuenta la leyenda. En los años 30, el puerto de Gandía, en la Comunidad Valenciana, era todo un hervidero de gente. Un ir y venir de barcos, entre los que se encontraba el Santa Isabel. Allí trabajaba un joven de 10 años, conocido como Zabalo. Este ayudaba a Gabriel Rodríguez Pastor en la cocina, donde ponían de comer a la hambrienta tripulación tras el días de faena. Pero dicen que el patrón del barco tenía un apetito voraz y dejaba unas raciones muy pequeñas para el resto de los marineros. Para solucionar esto, a Zabalo se le ocurrió que una buena idea podía ser cambiar el arroz por fideos, así no le gustaría tanto al patrón. Hay que recordar que en aquella época los fideos estaban destinados a los niños. El pobre Zabalo pensó que no gustaría a los adultos. Se equivocó.

 

La receta comenzó a coger fama y fueron muchos los restaurantes del puerto de Gandía que la incluyeron en su menú. Así, de plato en plato y de boca en boca, la fideuá pasó a ser la gran rival de la paella valenciana en las mesas de muchas familias. Tradicionalmente, la fideuá se hace con sepia y gambas. Hoy en día es fácil encontrar numerosas recetas con diversas verduras, carnes y hasta colores. No es de extrañar. ¡El fideo combina con casi todo!

 

Después de conocer la historia de este maravilloso plato, seguro que se te ha abierto el apetito. Coge lápiz y papel que vamos a empezar a hacer la receta. ¿Preparado?

 

Para cocinar una buen fideuá vas a necesitar medio kilo de fideos de tamaño medianito, dos tomates bien maduros, una cebollita, tres dientes de ajo, una cucharada pequeña de pimentón, aceite de oliva, unas hebras de azafrán, perejil, sal, pimienta y laurel. Claro, falta el pescado y el marisco. Hay muchas formas de hacer la fideuá, pero te vamos a enseñar a hacerla con una cabeza de rape para el caldito –que sea carnosa–, un kilo de mejillones, 250 gramos de chipirones o calamares –también valen las sepias–, una cigala por persona y un par de gambones o langostinos por cabeza. ¿Lo tienes todo? ¡A cocinar!

 

Prepara un buen caldito con las espinas del rape, el perejil y el laurel. Esta será la base de la fideuá. Tiene que salirte bien bueno, ya que será la parte más importante de la receta. En este fumet que hemos formado, vamos a hervir un par de minutos los gambones y la cigala. Reserva. Turno para los mejillones. Ábrelos al vapor con unas gotitas de limón. Quítale una de las valvas a cada mejillón, cuela el caldo e incorpóralo a la mezcla. Ahora rehoga los ajos –enteros, no hace falta que los piques– en aceite y reserva. A continuación pela los tomates y quítales las semillas, ponlos al fuego junto a la cebolla y mezcla bien con un tenedor. Añade a esto los calamares troceados y saltea todo con el pimentón. Vuelve a los ajos, que ya fritos debes preparar en un majado con el azafrán y un poco del caldo. Añade esto último a la cazuela e incorpora el resto del caldo colado y los fideos. Deja cocer los fideos y cuando estén en casi en su punto, a falta de un par de minutos, añade los gambones, el rape a trozos, los mejillones y la cigala. Para que esté bien, los fideos deben estar enteritos, jugosos, pero sin caldo.

 

Para servir, puedes añadirle un poco de perejil picado a modo de decoración. Le dará aroma y color.

 

Como truco adicional, esta receta queda genial si la acompañas de trozos de pan bien tostado y un poco de alioli. ¡Delicioso!

 

Dicen que con fruta y verdura, la vida perdura. Sí, sí, y con un poco de fideuá, la vida te sonreirá.