LA PLAZA

Y para desayunar, pan para hornear

El pan precocido hace tiempo que dejó de ser una moda para ser casi un imprescindible en nuestra dieta. Te contamos todos los trucos sobre este manjar.

Pan caliente, hambre mete. Donde pan comes, migas quedan. Uvas con queso y pan, no hay en el mundo tan manjar. Son solo tres muestras de refranes, pero podríamos seguir así durante mucho mucho tiempo. Claro, normal. El pan es un alimento básico que nos ha acompañado en nuestra dieta desde hace siglos. Numerosas culturas lo consumen y lo preparan de mil y una maneras diferentes. El pan, como todo, también ha evolucionado y ahora es raro no encontrarnos con el pan para hornear.

 

Un tipo de pan precocido para que lo puedas consumir recién hecho en casa. ¿Quieres saber más?

 

Antiguamente el proceso de elaborar pan era costoso y trabajoso. Muchos madrugones para tener la masa lista a primera hora. La búsqueda de la comodidad hizo que naciera el pan precocido. Así se podría tener pan al instante en cualquier momento del día. La masa de este tipo de pan se congela tras la fermentación. Vamos a ver más diferencias.

 

Pan precocido y pan tradicional

 

El precocido necesita una mayor cantidad de agua que el tradicional. Esto es debido a que la cocción varía en función de un tipo u otro. En el precocido se usa una harina más fuerte que la que se utiliza en el tradicional, y este tipo de harina absorbe más agua. Además, también se le añade ácido ascórbico, que ayuda a soportar las bajas temperaturas de la congelación.

 

Proceso del pan para hornear

 

La fermentación del pan precocido es más larga de lo normal. Tras esta fase, no hay proceso de maduración. Por el contrario, se le da más tiempo para que aparezcan las fermentaciones secundarias, que son las responsables de los diferentes aromas. Tras la larga fermentación se cuece la masa a 170 grados durante cinco minutos. Con esto dejas inactivos los microorganismos, aumentas el volumen, evaporas el agua y consigues que se forme la costra. Tras sacar la masa del horno, se enfría a 18 grados y luego se congela a -60 grados. Cuando tiene esa temperatura, se mantiene a -18 grados hasta su segunda cocción previa a su consumo. La idea es que el interior del pan esté a esa temperatura y el exterior a un poco más.

 

Horneando pan precocido en casa

 

Ya en casa, cuando quieras hornear tu pan precocido solo tienes que dejarlo a temperatura ambiente –entre 15 y 24 grados– durante quince o veinte minutos. Así se descongelará previamente. Esto se hace para evitar un cambio demasiado brusco de temperatura, que podría hacer que el pan perdiese demasiada agua. Luego solo tienes que hornear tu pieza a 190 grados centígrados entre 10 y 20 minutos, aunque con 12 minutos suele ser suficiente. ¡Pan recién hecho!

 

Este tipo de panes se pueden encontrar fácilmente en tu mercado de confianza. Suelen venir envasados en paquetes de dos baguetinas. Si solo quieres hornear una, la otra puede guardarse entre dos y tres días en la nevera, aunque te quedará algo menos crujiente. ¡Listo! Un pan al instante y con un valor nutritivo muy similar al del pan tradicional. Con algo más de hidratos de carbono y una mayor carga calórica, eso sí.

 

Donde hay hambre no hay pan duro. Un refrán que dentro de no mucho será una reliquia. ¿Quién quiere pan duro pudiéndolo hornear en casa en un periquete? Una docena de minutos y baguetinas recién hechas. ¡Ñam!