LA PLAZA

Verduras congeladas, también sanas

Las verduras y hortalizas congeladas contienen prácticamente los mismos nutrientes que las frescas y se mantienen en buen estado durante más tiempo.

¿Te imaginas despertarte y acercarte a tu huerto para recolectar zanahorias y unos tomatitos para tu desayuno? Suena delicioso, desde luego. Sin embargo, no todo el mundo tiene la opción de poseer un huerto en su casa y la evolución de la sociedad hace que cambiemos la forma en la que consumimos alimentos. El trabajo y el ritmo del día a día consiguen que en algunas ocasiones tiremos de verduras y hortalizas congeladas en lugar de frescas, que sería lo recomendable. Lo hacemos por rapidez y por comodidad. Pero no hay que asustarse. Contrariamente a lo que muchas veces se piensa, hay ocasiones en las que incluso tienen más nutrientes las congeladas que las frescas.

 

Nos explicamos. Es difícil decir que las verduras y hortalizas frescas son más sanas que las congeladas. La clave está en que cuando se congelan, su componente principal, el agua, queda mejor conservado y aumenta la vida útil de los alimentos. En muchos casos, esta congelación se produce en el momento de la recolección, cuando el valor nutritivo es mayor y cuando contienen más vitaminas y minerales.

 

Hay casos concretos en los que se aprecia esa mejora en la congelación. Por ejemplo, el brócoli congelado contiene más vitamina B que el fresco, y las judías verdes, igual pero con la vitamina C. Aunque hay excepciones, claro. En el caso de los guisantes, estos ganan si se toman frescos. Las típicas bolsas de lechuga y hojas de ensalada en bolsas también son prácticas, útiles y sanas. La ventaja es que suelen estar las verduras limpias, cortadas y listas para cocer en agua hirviendo.

 

La congelación rápida

 

Si puedes, échale un vistazo a la bolsa de congelados que compres. ¿Por qué? Porque hay varios métodos de congelación y unos son mejores que otros. Siempre que puedas, escoge los productos que tengan las letras IQF, siglas en inglés que significan “congelación rápida individual”. Este tipo de congelación asegura mayores nutrientes y una mejor textura que la lenta. La rapidez hace que no se genere crecimiento microbiano, evitando la descomposición. No se debe confundir congelado con precocinado. Mientras que los congelados son sanísimos, los precocinados suelen tener exceso de grasas, aditivos y sal.

 

Es posible que te preguntes el motivo de que los congelados sean más baratos que los frescos. A veces relacionamos la bajada de precio con la mala calidad. Nada de eso. La explicación es bien sencilla. Cuando los productos están en su momento óptimo de recolección, no solo están más buenos, también hay mucha cantidad. Ante tanta abundancia, se procede al congelado –en su mejor época– y su precio es más competitivo.

 

Congelando en casa

 

Ya hemos dicho que la clave es congelarlos en su punto justo. Recién recolectados, sin pérdida de nutrientes y propiedades. No obstante, es posible que quieras congelar verduras y hortalizas en casa. ¡Claro! Sin problemas. Eso sí, solo puedes meter en el congelador los productos que no hayan pasado anteriormente por ese proceso. Así podrás aprovechar esas verduras con un aspecto excelente y consumirlas cuando más te apetezca.

 

Para congelar verduras frescas en casa, tienes que tener en cuenta que si lo haces en crudo, cuando pasen tres o cuatro semanas en el congelador las piezas habrán perdido color, sabor y propiedades. Deben tratarse previamente para eliminar los microorganismos no deseados. Para ello hay varias opciones:

 

  • Blanqueamiento. Consiste en hervir las verduras durante poco tiempo. El agua debe contener unas gotas de limón o vinagre. Cuando hierva, introducir las verduras unos tres o cuatro minutos. Sacar y sumergir el mismo tiempo en agua fría. ¡Listas para congelar!
  • Cocción al vapor. Utiliza una vaporera para cocer las verduras. Cuando resalte su color, apártalas y pásalas por agua fría antes de meterlas en el congelador.
  • Cocinado. Otra opción es el cocinado completo antes de congelarlas. Así solo tendrás que descongelar y comer el plato ya listo una vez caliente.

 

Las verduras y hortalizas congeladas no son sanas, son sanísimas. ¿Lo importante? Comer una gran cantidad de estos productos e incorporarlos en tu dieta, sean congelados o frescos, para tener tu organismo en plena forma.