LA PLAZA

Verdura de temporada, la que más agrada

Comer verduras siempre es sano. Sanísimo. El que ama la verdura es un figura, eso dicen. Hoy en día se puede comer coliflor o tomate durante todo el año. Da igual la estación en la que te encuentres.

¿Cómo es posible? Gracias a los cultivos industriales puedes tener en tu mesa una variedad casi infinita de deliciosos productos. ¿Te has preguntado cuál es la mejor época para saborear una rica calabaza?

 

Llega el invierno, no dejes de comer verduras. Los guisantes, las habas, las acelgas y las espinacas son propias de los meses fríos. Aunque no sea demasiado común, uno de los vegetales estrella del invierno es el cardo. La calabaza de piel gruesa también se degusta en esta época del año, al igual que la alcachofa, la endibia y la escarola. Rico, rico. Sano, sano.

 

Además de buenas, tienen muchas propiedades. Los cardos protegen tu hígado, la calabaza aporta fibra a tu estómago y la alcachofa y la endibia hacen que tus riñones funcionen a las mil maravillas. Un consumo habitual de guisantes mantiene sanos tu corazón y tu sistema circulatorio, y las habas deben ser uno de los alimentos que comas si tienes problemas de retención de líquidos.

 

Las acelgas y espinacas mejoran tu visión y mantienen tu presión arterial estable. ¡Si es que están para comérselas!

 

Unas curiosidades. ¿Sabías que el cabello de ángel proviene de un tipo de calabaza? Concretamente de la cidra, una variedad que tiene su mejor momento en invierno. ¡Otra! Es posible que alguna vez te hayas planteado congelar verduras. Claro, puede ser una buena idea si quieres comer vegetales de temporada sin perder sus propiedades nutritivas. Si congelas las verduras, estarán casi igual de frescas que en el momento de la compra. Eso sí, tanto su color como su textura pueden sufrir algún cambio.

 

Como nos ha gustado tanto el cardo, te proponemos una receta de nuestra querida tía Francisquita. ¡Al rico cardo guisado!

 

Ingredientes (3-4 personas):

 

- 1 cardo fresco

- 4 o 5 dientes de ajo

- Perejil bien picadito

- Aceite de oliva

- Sal

- Pan rallado

- Zumo de un limón

 

Lo primero de todo es limpiar el cardo fresco. Deshazte de los extremos y quítale las hebritas. Prepara un cuenco con agua y limón, corta en trozos el cardo y sumérgelo ahí. Así evitas que se ponga negro. ¡Llega el momento del guiso! Ajito y perejil picados con un buen chorro de aceite de oliva y al fuego. No te olvides de añadir un poco de sal y agua. Cuando estén tiernos debes echarle el jugo del limón. ¡Ahora viene el truco! Añade pan rallado para que la salsa quede espesita mientras le das un hervor. Delicioso y nutritivo.

 

En la verdura, busca siempre la frescura. Crujiente, sabrosa, en crudo, cocida. Buena de mil y una maneras diferentes. La alegría de la huerta, cada día más cerca