LA PLAZA

Una pirámide, pero alimenticia

¿Llevas una dieta saludable? Ten siempre presente la pirámide alimenticia para sentir bienestar tanto por fuera como por dentro de tu cuerpo.

Quizás no lo creas, pero no es necesario viajar al antiguo Egipto o a México para divisar pirámides. Basta con abrir tu nevera y echar un ojo a los alimentos que en ella se encuentran. Hablamos de la famosísima pirámide alimenticia, creada en 1810 –ya ha llovido desde entonces– por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA). No obstante, en 2005 fue renovada, dado que los hábitos alimenticios habían evolucionado. En España, tenemos nuestra propia pirámide nutricional, que aparece en las Guías Alimentarias para la Población Española elaboradas por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC).

 

Suena interesante, ¿verdad? Entonces, ¿qué nos dicen la pirámide y estas guías? Básicamente nos enseñan a comer variado, equilibrado y moderado, con la dieta mediterránea como base de nuestro bienestar nutricional. Además, no solo hay que tener en cuenta lo necesario que es seguir una dieta saludable. También es interesante apostar por una alimentación sostenible con el medioambiente y donde tomen fuerza los productos frescos y de temporada.

 

La pirámide nutricional española

 

En la pirámide que vamos a analizar nos encontramos con seis niveles. En su base aparecen consejos saludables. Por ejemplo, el ejercicio diario. Es importante hacer algo de deporte, ¿qué tal si nos marcamos como meta unos 10.000 pasos por día? El estado anímico también hay que controlarlo, ya que puede hacer que comamos más de lo recomendable o que compremos impulsivamente comida que no necesitamos. No podemos olvidar las técnicas con las que cocinamos los alimentos. Siempre es mejor el vapor, la plancha o el horno que la fritura. Y por último, aunque no por ello menos necesario, la ingesta de agua.

 

Lo recomendable es tomar entre cuatro y seis vasos de agua al día y llegar hasta los dos litros con otros líquidos.

 

Si subimos un escalón llegamos al grupo de los hidratos de carbono. Nos referimos al pan, el arroz, la pasta, las patatas, etcétera. Estos alimentos son de consumo diario, aunque su ingesta dependerá del grado de actividad que tenga cada uno. Es lógico, no es lo mismo una dieta de un deportista profesional que de un oficinista. Y si nos ponemos detallistas, es mejor que sean en su versión integral.

 

Algo más arriba están las frutas, las verduras y hortalizas. Según los expertos, debemos comer entre tres y cuatro raciones de fruta al día y dos o tres de verduras y hortalizas. O lo que es lo mismo, un mínimo de cinco raciones de fruta y verduras diarias. Damos un paso más hacia los lácteos, cuya versión semidesnatada es preferible. Podemos tomar lácteos dos o tres veces al día. Justo a su lado se encuentran las legumbres, pescados y carnes, que hay que consumir entre una y tres veces por día. Siempre que se pueda eligiendo productos por cercanía y de temporada.

 

En los dos últimos niveles aparecen los productos de consumo ocasional. En un primer lugar los embutidos, carnes rojas y procesados. Siempre es mejor que sean de gran calidad y acompañarlos de una guarnición saludable, por ejemplo de verduras y hortalizas. En el último escalón aparecen los alimentos más ricos en azúcares, las grasas y algunos tentempiés salados.

 

Además, según la persona, en la cúspide podremos encontrar algunos suplementos nutricionales, como las vitaminas, los minerales y similares. ¿Y el alcohol? También se encuentra en la zona de consumo ocasional para el que lo desee. Siempre para adultos y eligiendo bebidas fermentadas como el vino o la cerveza, acompañadas por comida.

 

Y tú, ¿sigues a rajatabla la pirámide?

 

Esperamos que te sirva de guía para tener una alimentación más que saludable. La clave siempre es optar por productos de calidad y tener una dieta equilibrada, centrando tu día a día en hidratos, frutas, verduras, hortalizas, pescados, legumbres y carnes blancas. ¡Qué poco cuesta comer bien!