LA PLAZA

Tres ricas recetas con gambas

Cocidas y con un toque de sal están deliciosas, pero las gambas tienen mucho más que ofrecernos en gastronomía. ¿Te apuntas a un menú a base de este ingrediente?

Hemos decidido ponernos marineros en este artículo para mostrarte algo que sabes de sobra, lo ricas que están las gambas. ¡Deliciosas! Eso sí, está bien tomarlas cocidas y fresquitas, pero se pueden hacer muchas más cosas. ¿Te animas?

 

Vamos a darte tres recetas para sacarle partido a este gran manjar.

 

Pastel de gambas

 

Como entrante algo ligerito, fresco y con mucho sabor. Prepara pan, porque te vas a hartar de untar tostaditas de este delicioso pastel de gambas y surimi. ¿Qué vamos a necesitar para la receta? ¡Fácil! Unos cuatro huevos, 250 gramos de gambitas ya peladas, 400 gramos de palitos de surimi, 200 mililitros de nata líquida, tres pimientos morrones y sal y pimienta. ¿Preparado?

 

Tienes que meter los ingredientes en el vaso de la batidora, mezcla todo para que quede una masa más o menos homogénea. Si lo deseas puedes reservar un poco de surimi ya troceado o uno de los pimientos para triturar después levemente y darle una textura más contundente. Ahora coge un molde –puede ser rectangular o de corona, lo que prefieras– y coloca la mezcla sobre él. Normalmente con doce minutos en el microondas a máxima potencia queda listo y cuajado, pero siempre se le puede dar más tiempo si vemos que no está perfecto. Otra opción es hacerlo al baño maría una media hora. Para servir conviene que esté a temperatura ambiente y se suele acompañar con lechuga picadita y salsa tártara o mayonesa.

 

 

Hamburguesa de gambas

 

Como primer plato apostamos por una jugosa hamburguesa de gambas al ajillo. ¡Fantástico! Una receta típica del sur de España, con la que vas a triunfar en momentos especiales.

 

Para preparar seis hamburguesas necesitarás 250 gramos de colas de gambas ya peladas, un par de huevos, cuatro dientes de ajo, 20 gramos de pan rallado –o lo que es lo mismo, una cucharada sopera–, un punta de cayena, perejil picado, aceite de oliva virgen extra y sal. ¿Vamos?

 

El primer paso es picar las gambas muy bien. Aunque ojo, solo hay que trocear, no triturar. Con un cuchillo afilado es suficiente y puedes utilizar la picadora a no demasiada potencia. A continuación coloca un fondito de aceite a calentar en una sartén con los ajos pelados y laminados y la punta de cayena. Retira con una espumadera cuando veas que los ajos empiezan a dorarse y reserva. En ese mismo aceite saltea levemente las gambas. Así cogerán aroma, color y sabor. Sácalas y escúrrelas bien de aceite antes de ponerlas en un bol con un huevo batido, el perejil, sal y pan rallado. Mezcla todo hasta que quede una masa compacta. Ahora solo te queda formar las hamburguesas pasándolas por el otro huevo batido y freírlas un minuto por cada lado. Se sirven recién hechas, incorporándole por encima el aceite y los ajitos del principio. ¡Espectacular!

 

Gabardina de gambas

 

Cerramos con una receta vistosa, divertida y riquísima, claro. Todo un clásico del tapeo en muchos lugares de España y que no se suelen preparar en casa, pero ahora te vas a dar cuenta de lo fácil que es.

 

Para cuatro personas, vas a necesitar 24 gambas grandecitas, gambones o langostinos. Piezas enteras con piel y cabezas. Un vasito de agua, tres cucharadas de harina, una cucharada de levadura en polvo, sal, aceite de oliva y perejil picado.

 

Empieza pelando las gambas dejándoles solo la cola. Las cáscaras y las cabezas las debes cocer en agua con sal y machacar las cabezas para que suelten todo el juguito. Con que hiervan cinco minutos es suficiente y cuando esté listo el caldo hay que colarlo y mezclarlo con levadura, perejil picado y harina. Tiene que quedarte una mezcla más bien espesa. Ahora pon a calentar el aceite y cuando esté bien caliente, coge las gambas, las mojas en la mezcla y las pasas rápidamente al aceite. Se doran rápido y es el momento de sacarlas. Retira el exceso de grasa y sírvelas calentitas. Como consejo, puedes aromatizar la masa con un poco de ajo en polvo y darle color con un poco de azafrán.

 

Saca el cocinero que llevas dentro y demuestra lo que vales, aunque no vayas a un concurso televisivo.

 

No habrá gambas que se te resistan, aunque tendrás que quitarte a los invitados de encima sin parar. ¡Qué poco cuesta comer bien!