LA PLAZA

Si te la dan con queso, que sea de cabra

Cremoso o fresco. Al horno o en tostadita. ¡Qué delicia el queso de cabra! Saludable y repleto de sabor.

A veces, cuando vas a la zona de quesos de La Plaza de DIA te encuentras con un problemón. ¿Cuál compro? La gran variedad de quesos que existen hace que te lo pienses dos veces antes de elegir uno. Por eso, te vamos a poner un poquito las cosas más fáciles si buscas un queso con un sabor característico, que sea nutritivo y bajo en grasas. ¿Lo has adivinado? Sí, exacto. El queso de cabra.

 

Este tipo de queso puede ser una buena alternativa para los intolerantes a la lactosa, ya que la leche de cabra tiene un contenido menor de lactosa que la de vaca, y además se queda en el estómago tan solo 20 minutos. Los quesos de cabra son mucho más ligeros que los de vaca, fantástico para los queseros que hagan dieta. Tienen muchos ácidos grasos que previenen el colesterol. Ayudan a tus huesos por su alto contenido en calcio y, por si fuese poco, están indicados para casos de anemia, porque ayudan a digerir mejor el hierro.

 

El queso de cabra en España

 

Existen muchas variedades de quesos de cabra. Como es imposible hablar de todas, vamos a hacerlo de las más características en España. En términos generales, el queso de Ibores es uno de los más cotizados. Se elabora en Extremadura con leche cruda de cabras variedad Retinta, Verana y Serrana que pastan en libertad. Es habitual sazonar su corteza con aceite o pimentón para darle un toque más intenso. El queso Payoyo es uno de los más populares en Andalucía. Procede de la sierra de Grazalema, en Cádiz, y tiene un sabor muy peculiar gracias a que es elaborado con leche de cabra Payoya. En Cataluña tenemos el queso Mató, de origen medieval. Muy utilizado en repostería.

 

Como nos encantan los quesos elaborados con leche de cabra, hemos pensado hacer una receta deliciosa y muy divertida. Ideal para disfrutar en la cocina junto a los niños y para sorprender a tus invitados cuando estás falto de ideas.

 

¿Te apetecen unas piruletas de queso de cabra?

 

Necesitarás queso de cabra en rulo, como el que puedes encontrar en cualquier mercado de abasto. Una cucharada de miel –puede ser de caña o flores, o cambiarla por una mermelada a tu gusto–. Un surtido de frutos secos, fruta escarchada o incluso semillas de sésamo, por ejemplo, para darle textura y color. ¡Claro! Unos palitos para poder agarrar bien el queso, los típicos redonditos de madera van fenomenal.

 

Manos a la obra. Deja el queso fuera de la nevera durante unas horas para poder trabajar con él –puedes quitar la piel blanca y dura que suele rodear a los rulos–. Después, mézclalo con la miel o el condimento elegido –una cucharada por 100 gramos de queso– hasta que quede hecho una pasta. Listo para hacer bolas. Con las manos bien limpias, comienza a hacer las piruletas dándoles forma redonda. Puedes usar guantes o utilizar un poco de mantequilla para que no se te queden las manos pringosas. Para finalizar, pincha las bolas en los palos y pásalas por cuencos con mermelada o distintas semillas. Llévalas a la nevera y saca justo antes de servir. Como truco, puedes meterle a la pasta de queso y miel –antes de hacer las bolas– unos frutos secos picados. ¡Sabor delicioso!

 

Dicen que miel con queso, sabe a beso. Pues nada, a cocinar esta fantástica receta y a comer un alimento rico y sano como el queso de cabra. ¡Qué hambre!