LA PLAZA

La vida con pistachos sabe mejor

El pistacho, un fruto seco rodeado de virtudes y cuyo cultivo data de miles de años. Te damos razones para comerlos y te explicamos sus variedades.

Secretos, leyendas y muchas curiosidades. Todo esto y mucho más esconden los pistachos en su apetecible origen. Un alimento ligado a reyes, príncipes y princesas, que tiene su origen en el año 7000 antes de Cristo según yacimientos arqueológicos encontrados en Turquía. ¿Sabías que la famosa reina de Saba exigía cada temporada una cosecha entera de los mejores pistachos que existiesen? Además, cuentan las lenguas antiguas que los pistacheros –árboles del pistacho– adornaban los legendarios Jardines Colgantes de Babilonia durante el reinado de Nabucodonosor II.

 

En China conocen los pistachos como el fruto seco feliz y en Irán está considerado como el fruto sonriente. Sinónimo de buen augurio, también es para muchos todo un símbolo del amor, ya que muchas parejas buscaban refugio bajo los árboles de pistachos para escuchar el sonido de los frutos más maduros al abrirse. Además de en Oriente Medio, zona de la que proceden, los pistachos son frutos muy conocidos y extendidos en buena parte del Mediterráneo, en la India y en México. La variedad más apreciada nace en la región iraní de Khorasan.

 

Hablando de variedades, algunas de las más conocidas son el pistacho de Sicilia –conocido también como Noble, de color verdoso–, el de Túnez, algo más pequeño, y el de Levante, de carne amarilla. Existen muchos tipos de pistachos, aunque lo más común es diferenciarlos por su lugar de origen. Irán es el principal país productor, seguido de Siria y Turquía. De estos, el más comercializado es el Kerman, región de la que procede el 95 por ciento de la producción iraní. Es una variedad que en España se cultiva en Castilla-La Mancha.

 

Existen estudios que indican que es muy saludable comer una buena porción de pistachos cada día.

 

Unos 30 gramos, o lo que es lo mismo, 49 pistachos. Sin lugar a dudas, un tentempié para picar entre horas, tan sano como sabroso. Entre sus maravillosas bondades destaca la capacidad que tienen de reducir el colesterol malo, gracias a su contenido en grasas mono y poliinsaturadas. Además, es una fuente magnífica de potasio. Unos 20 pistachos aportan el mismo potasio que medio plátano. Gracias a esto tendrás una buena presión arterial y no retendrás líquido debido a su efecto diurético. Son ricos en magnesio, que te ayudará a conciliar el sueño y eliminar el estrés, y tienen mucha fibra, por lo que te sacian y se recomiendan en dietas para adelgazar. Es igualmente importante su función sexual. Los pistachos son muy buenos para mejorar la intensidad de los orgasmos y potencian las erecciones masculinas.

 

Si vas a comprar pistachos frescos a tu plaza de abastos de confianza, debes tener algunas cosas en cuenta cuando llegues a casa. Es un fruto muy rico en aceites vegetales, esto es bueno, pero corren peligro de enranciarse. Para que esto no ocurra, es recomendable guardarlos en un bote bien cerrado y colocarlo en un lugar fresco y seco, sin que le dé la luz. Siempre es recomendable comprarlos con cáscara, aunque pueda ser algo pesado el tener que abrirlos. Así están más seguros y protegidos del polvo y la humedad.

 

Se utilizan mucho en repostería, sobre todo dulces de estilo árabe. También para hacer deliciosos helados y como colorante alimentario. ¡Verde, qué te quiero, verde! ¿Te animas a comprar una bolsita? Cuidado, que enganchan.