LA PLAZA

El arte de combinar pastas y salsas

¿Espagueti a la carbonara o macarrones a la boloñesa? Aprendemos a mezclar tus pastas y salsas favoritas. Sí, serás todo un chef italiano.

Al año se fabrican unas catorce millones de toneladas de pasta en el planeta. Impactante, ¿no? Italia es el máximo productor, con el 25 por ciento de la producción mundial. ¿Sabías que un italiano come de media 24,9 kilos de pasta por año? Por si aún no lo has adivinado, en este artículo toca hablar de pastas. ¡Qué deliciosas!

 

¿Eres un tradicional de la boloñesa o te gusta innovar con las salsas que eliges para acompañar estos manjares?

 

Te proponemos aprender más sobre las divertidas combinaciones de productos para realzar el sabor y sacar todo el partido a los platos.

 

“Una vez, un cliente me pidió unos sorrentinos caprese con salsa caprese”, explicó en una ocasión Leonardo Fumarola, chef de L’Adesso Ristorant. “Fue lo máximo que me pasó”, finalizó. La idea es que las pastas rellenas no estén acompañadas de la misma salsa. Regla número uno del juego de la combinación de sabores. Pero hay más, así que toma nota.

 

Cinco claves de la combinación de salsas con pastas

 

  1. Las salsas suaves, como la fileto –tomate sin carne–, van muy bien con pastas cuyo relleno es potente.
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  3. Las salsas más fuertes, como la boloñesa, la cuatro quesos o una de setas, van genial con pastas suaves. Por ejemplo espaguetis, raviolis de queso ricota o pastas sin relleno.
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  5. Las salsas de pescados y mariscos no deben combinarse con pastas rellenas de carne o de quesos fuertes.
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  7. Hay que tomar las salsas como una textura. Las pastas largas y secas no van bien con salsas de carne, para eso están las cortas y rayadas. Nada de espaguetis con tomate y carne picada, sería una aberración.
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  9. El truco que no falla. Si la salsa queda en el fondo del plato en lugar de impregnar la pasta es síntoma de que la combinación no ha sido la correcta.

 

Una salsa por cada tipo de pasta

 

Pastas cortas

 

El grupo de pastas cortas es aquel que engloba a aquellas de menor tamaño. Entre ellas destacan las que tienen una cavidad interna, como los macarrones o los tortigloni. La pasta corta combina a las mil maravillas con texturas más densas. La idea es que impregnen las piezas entrando por sus cavidades. Las salsas cremosas van genial con pastas de queso y verdura.

 

Si hablamos de los famosos farfalle, los típicos lazos, no podemos hacer otra cosa que ponerlos junto a una combinación ligera, como la napolitana. Los fusilli pegan con salsas de textura potente.

 

Pastas largas

 

Las largas y finas funcionan muy bien con salsas que se adhieran bien, como el pesto genovés. Las anchas combinan con aquellas preparaciones que sean más espesas y cremosas. Los ingredientes han de ser pequeños para las largas, grandes para las cortas. Las pastas de textura porosa, como los tagliatelle, combinan con recetas fuertes.

 

Ya sabemos que los italianos son expertos en la materia. Y algo exquisitos también. Así, ¿sabías que la pasta tagliatella debe tener unas medidas exactas de siete milímetros de ancho cruda y ocho cocida? Lo dicta la Cámara de Comercio de Bolonia.

 

¿Eres ya un maestro? Si no has llegado aún a ese nivel, no te preocupes. Tienes muchos platos de pasta por delante para practicar. ¿Quién dijo que el arte de maridar pastas y salsas fuese sencillo?