LA PLAZA

Conservantes de alimentos, rompe mitos

El mundo de los conservantes y aditivos alimenticios es extenso. Gracias a ellos podemos disfrutar de nuestros ingredientes favoritos durante más tiempo.

Desde tiempo inmemoriales los seres humanos hemos luchado contra el paso del tiempo intentando frenarlo de cientos de maneras diversas. Casi siempre es el reloj el que triunfa, pero a veces somos capaces de ganarle la partida con una jugada maestra. En el caso de los alimentos se ha conseguido gracias a la utilización de conservantes, tanto naturales como artificiales. Productos que consiguen alargar la vida útil de muchos de nuestros ingredientes favoritos. Te proponemos conocer un poco más sobre ellos y, de paso, romper algunos mitos y barreras que les rodean.

 

¿Sabías que más del veinte por ciento de todos los alimentos producidos en el planeta se pierden por la acción de microorganismos que los deterioran?

 

¿Qué es un conservante? No es más que una sustancia que se le añade a un alimento para permitir que se conserve en buen estado la mayor cantidad de tiempo posible. Hay conservantes tanto naturales como artificiales y son estos últimos los que suelen generar mayor controversia. ¿Son tan malos como nos cuentan? En absoluto. La recomendación es leer bien el etiquetado de los productos para saber qué comemos. También es importante conocernos a nosotros mismos. Por ejemplo, el colorante de las paellas no es recomendable para los que sufren asma y los sulfitos con los que se elaboran los vinos no lo son para los que sufren jaquecas.

 

Conservantes más utilizados

 

Los conservantes siempre vienen identificados con un número y una letra. Una forma práctica de identificarlos. La química alimenticia nos permite disfrutar de los alimentos con más seguridad y hace sostenible la producción de los mismos. Los conservantes artificiales son productos que se han inventado con el objetivo de resolver problemas y que pasan los controles necesarios para que sean seguros para la salud. Muchos de ellos pueden encontrarse también en la naturaleza, como el famoso E-200, más conocido como ácido sórbico. Toma su nombre de la planta Serbal de los cazadores, cuyas bayas contienen sorbitol.

 

Para evitar la aparición de bacterias en frutas, verduras y el vino se utilizan los sulfitos (E221-228). Los productos de patata, quesos y mermeladas se conservan gracias al ácido sórbico (E200) y muchos embutidos contienen nitratos y nitritos (E249-252) para evitar el mal del botulismo.

 

Conservantes naturales

 

Quizá no lo sepas, pero en tu propio hogar tienes un buen puñado de conservantes naturales al alcance de tu mano. Los productos ácidos escabecharán los alimentos, los antioxidantes harán que se reduzca la oxidación y por ende el envejecimiento y multitud de especias tienen componentes que alargan la vida útil de los ingredientes. Hagamos un repaso:

 

  • Sal. Uno de los más conocidos, sin duda. Se utiliza para proteger sobre todo la carne. La sal es capaz de extraer la humedad de los alimentos frenando el crecimiento de mohos y bacterias.
  • Vinagre. Es muy efectivo y práctico. Su componente estrella es el ácido acético, que mata a los microbios y deja limpios a los alimentos.
  • Azúcar. Funciona de forma similar a la sal, absorbiendo la humedad de los productos que se quieren conservar. Se usa para proteger frutas.
  • Limón. Su ácido ascórbico es muy útil para evitar la putrefacción. El jugo de los limones es capaz de regular el pH y secar el alimento. Además, su ácido cítrico conserva el color y el gusto del mismo.

 

¿Será por opciones? A los conservantes hay que estar agradecidos. Recuerda que gracias a ellos puedes disfrutar de los productos durante más tiempo en perfecto estado. Tan solo tendrás que preocuparte de pensar en qué pondrás hoy en la cazuela.