LA PLAZA

Como pez en el agua, pero que sea dulce

No solo de pez de agua salada vive el hombre. Conoce las bondades culinarias de los peces que habitan en ríos, lagos y embalses. ¿Qué especies existen?

Un país como España, rodeado de mares y océanos por casi todos lados, es normal que opte por consumir pescado de agua salada. Merluzas, sardinas, boquerones o atunes son algunos de los más demandados. Pero ¿qué ocurre con los pescados de río? ¿Qué propiedades tienen? ¿Qué beneficios poseen para la salud? Quizá menos consumidos, pero igualmente ricos y sanos. En este artículo queremos compartir contigo algunos datos curiosos y consejos sobre el pescado de río o de agua dulce. ¿Te vienes?

 

No es sencillo encontrar pescado de agua dulce en tu plaza de abasto. Eso sí, existen piezas de mucha calidad. Los más comunes son la trucha, la anguila, el reo, la carpa, la lamprea, el barbo, la perca, la tenca y, cómo no, el salmón. La profundidad de las aguas en las que habitan, los tipos de corriente que soportan, el tipo de fondo y la cantidad de oxígeno en el agua hacen que cada pez tenga unas características bien diferenciadas.

 

Las tres especies más apreciadas son la trucha, el reo y el salmón. Todas de ríos que nacen en las montañas.

 

El salmón, por ejemplo, nace en el río, pasa su vida adulta en el océano y vuelve al río donde nació para dejar sus huevos. Le ocurre lo mismo a algunas truchas como la arcoíris o las truchas reo. En aguas más tranquilas habitan las anguilas y las carpas. Podrás verlas por lagos cercanos a las zonas de desembocadura de algunos ríos. Los lucios y las percas se mueven más por embalses y lagos calmados. En los peces de río también se distingue el azul del blanco. Siendo el primero más graso que el segundo.

 

En cuanto a sus nutrientes, es cierto que los peces del río contienen menos ácidos grasos Omega 3 –muy beneficiosos para el organismo–, pero tienen algo muy bueno. Contienen un aporte de ácidos grasos –Omega 3 y Omega 6– más equilibrado que la de sus compañeros de agua salada. Una cantidad que se acerca más a lo que recomiendan los expertos en salud. Además, es un alimento ideal para reducir el colesterol y contiene muchas proteínas para que estés fuerte y sano.

 

¿Te animas con una receta rápida? Vamos con un salmón en escabeche.

 

Coge un buen lomo de salmón, de unos 600 gramos, limpio y sin espinas. Hazte con una cebollita, una zanahoria, cuatro dientes de ajo, una hoja de laurel, pimienta y sal. Además prepara unos 200 mililitros de aceite de oliva, igual cantidad de vinagre y la mitad de vino blanco seco.

 

Corta el salmón en tacos. Prepara una sartén con aceite y el laurel. Añade la cebolla a tiras y la zanahoria en rodajas junto a los ajos y la pimienta. Deja que poche a fuego lento y añade el vino y el vinagre. Cuando esté evaporado, echa los tacos de salmón–previamente sazonados– en la sartén. Con unos tres minutos a fuego lento en el escabeche, es suficiente para que le des la vuelta al pescado. Otros tres minutos y reserva. Puedes dejarlo un día en el escabeche para que coja el sabor mejor. Se sirve a temperatura ambiente. Rico, rico.

 

Recuerda que recomiendan comer unas cuatro raciones de pescado a la semana en una dieta saludable. Así que ya sabes, da un salto a los pescados de río y ve alternando productos. Ganarás en sabor y te aseguramos que no tendrás una dieta aburrida.