LA PLAZA

Caballa, siempre que haya

La caballa, tan rica como económica. Fundamental en las mesas de los amantes del pescado. ¿Te atreves a sacarle más partido?

Entre los meses de febrero y mayo, la caballa surca las aguas y las mesas de muchos hogares. Es uno de los pescados más consumidos en España, sin duda. Durante el invierno aguarda sin alimentarse en el fondo de mares y océanos. Cuando llega la primavera, vuelve a la superficie en busca de alimento. Habitan todas las aguas ibéricas, pero son especialmente populares en la costa suratlántica. ¿Te gustaría saber más?

 

Tipos de caballas

 

Entre las especies más conocidas de caballas destacan las siguientes:

 

  • Caballa común. La caballa común es la más consumida en España. Pertenece a la familia de los escómbridos, al igual que el atún, el bonito del norte y el bonito del sur.
  • Estornino o verdel. Se parece mucho a la caballa común, aunque se diferencia de esta en las manchas que posee en el vientre. Es un pescado azul muy cotizado.
  • Caballa pintoja. Su valor comercial es inferior al de los dos tipos anteriores. Es típica de las aguas de Australia, Nueva Zelanda, China, Japón y México. Los machos pueden llegar a medir 44 centímetros.
  • Caballa isleña. Habita en el océano Pacífico y los machos alcanzan los 20 centímetros de longitud.
  • Caballa rechoncha. De aguas tropicales, no suele encontrarse demasiado en el mercado español.

 

Propiedades de las caballas

 

Como todos los pescados azules, las caballas son ricas en ácidos grasos Omega-3. Ya sabes, el omega-3 es ideal para tener el corazón contento: disminuye los niveles de colesterol malo y de triglicéridos, además de hacer más fluida la sangre. Contienen muchas proteínas de buena calidad y un buen puñado de vitaminas, como la B12, que ayuda a tener en buen estado las neuronas y los glóbulos rojos.

 

Cómo preparar las caballas

 

En el mundo de la cocina, la creatividad es la reina. Por eso hay mil y una maneras diferentes de cocinar las caballas, aunque nosotros nos hemos propuesto hablarte de las más comunes.

 

  • Conservas. La mayoría de caballas son destinadas a la elaboración de conservas. Están deliciosas en ensaladas.
  • Escabechadas. Si lo que deseas es que pierdan un poco su grasa, puedes probar a hacer un escabeche ligero a base de vinagre suave, agua, laurel y sal. Te quedarán unos filetes de caballa deliciosos.
  • A la bilbaína. Es una de las formas más tradicionales de cocinado. Una caballa en salsa bilbaína es un clásico de los restaurantes. La salsita se elabora con un poco de ajo, guindilla, perejil, vinagre y aceite de oliva. Te va a sorprender su sabor.
  • Marinadas. Un toque más moderno. Para el marinado perfecto, debes meter los filetes de caballa crudos y cortados en pequeños trozos en un frasco con cebollas, zanahorias y especias durante unas horas. Luego debes añadirle vinagre hervido con azúcar y conservar el bote en un sitio fresco.
  • Ahumadas. Plato típico del norte de Europa, acompañadas de col fermentada, lo que se conoce como chocroute.
  • Asadas o a la parrilla. Las caballas frescas son muy parecidas a las sardinas, por lo que quedan genial tanto al horno como sobre unas buenas brasas y sus patatas panaderas.

 

 

¿Conoces alguna forma más? Seguro que sí. Aunque claro, hay un denominador común. Nunca debes quitarles la piel. Esta está muy pegada a la carne y puedes estropear los filetes si lo intentas. Como curiosidad, aunque se te vayan los ojos para las piezas más grandes, lo cierto es que las mejores caballas son las de menor tamaño. Estas son las de mejor calidad y mejor sabor. Al contrario que otros pescados, la caballa muestra signos de falta de frescura a las pocas horas de ser capturada. Para elegir bien en el mercado, es necesario que te fijes en que las piezas tengan la piel brillante y la carne consistente.

 

Caballas. Marinadas, a la plancha o escabechadas. ¡Vaya pasada! Ricas, ricas y muy económicas. ¿Qué comerás mañana? Hoy ya lo sabes: caballa.