LA PLAZA

Buen queso y buen verano

Al contrario de lo que se pueda pensar, el verano es una época fantástica para degustar una deliciosa tabla de quesos. ¿Qué variedades podemos consumir?

Llega el calorcito, la piscina y la playa. La sombrilla, la toalla y el bañador. Y claro, también el queso. ¿El queso? ¡Sí, el queso! Porque el verano es la época perfecta para tomar trozos de este manjar. Vale, no todos valen, pero algunos son especialmente indicados para las fechas más calurosas. Te contamos cuáles son los tipos más degustados en el verano y cómo integrarlos en nuestra dieta para los meses de calor.

 

Tipos de queso para el verano

 

Tan cierto es que hay muchos quesos pesados y grasos como que hay multitud de opciones ideales para los meses estivales. Eso sí, sin renunciar al sabor. Texturas blanditas, maduraciones cortas y meter también los quesos frescos y requesones. Vamos al lío.

 

  • Quesos de vaca. Que sean tiernos y nada de viejos, maduración más bien cortita. La leche debe primar. La textura debe ser cremosa y ligera. Fantásticos para fundir. Algunos ejemplos son el queso de tetilla, que se elabora con leche cruda de vaca, o quesos asturianos de pasta blanda.

 

  • Quesos de cabra. Hay muchas variedades de quesos de cabra, para el verano puedes optar por los quesos frescos de cabra, o aquellos con corteza enmohecida, que le protege de las altas temperaturas.

 

  • Quesos de oveja. Poco maduros, tiernos, sutiles y con sabor lácteo. El queso Pastura es un gran ejemplo. Queso de oveja extremeño de pasta semiblanda con solo 15 días de maduración.

 

¿Y de acompañamiento? Una cerveza artesana o un buen vino. Por ejemplo, es una época perfecta para comer queso con cava o vinos generosos como una manzanilla en rama o un gran fino. Siempre son mejores los blancos que los tintos, aunque depende del gusto, claro. Los tintos a veces ahogan el sabor del queso en lugar de resaltarlo. Para aquellos de sabor fuerte, mejor vinos dulces.

 

El queso en nuestras recetas veraniegas

 

Vamos a ponernos manos a la obra y a probar algunas piezas de esos quesos tan deliciosos. ¡Ñam!

 

  • Tabla de quesos. Claro, no podía faltar la forma más cotidiana de tomar quesito, en una rica tabla, bandeja o plato. Trozos partidos y listos para comer. Atento a la presentación, porque la comida siempre entra primero por los ojos. ¡Y elige bien las variedades que vas a introducir!
  • Sopas y cremas frías. Sí, lo mismo te parece algo peculiar, pero si pones trozos de queso en tu gazpacho, le darás un toque maravilloso. Mézclalos con tomate picado y pedazo de manzana y rellena el plato con la cremita fría. Tan fácil como sorprendente.
  • Ensaladas. ¿Hay alguna comida más veraniega que la ensalada? Seguramente tu respuesta haya sido que no. Lógico. El queso va de maravilla con casi cualquier ensalada fresquita. Le aporta textura cremosa y mucho sabor. Confía en nosotros, con esto triunfas en la mesa.
  • Horneando. Horno y calor no son términos muy amigos del verano, ¿verdad? Nada de eso, se llevan de maravilla. Imagina un buen puñado de verduras asadas con unas lonchas de queso por encima gratinándose. ¡Delicioso!
  • Postres. ¡Si es que van con todo! Con los platos dulces también, por supuesto. Tartas y helados con sabor a queso y fruta fresca como acompañante. Melocotones, higos o cerezas. Miel o yogur natural con tu queso favorito.

 

Si no te ha entrado hambre a estas alturas del artículo es que no eres humano. Nosotros ya estamos en la cocina preparando unas verduras frescas acompañadas de un queso de cabra joven y tierno. ¡Qué poco cuesta comer bien!