LA PLAZA

Bacalao: fresco o salao

Te damos consejos sobre cómo desalar correctamente el bacalao y te contamos las propiedades de este maravilloso pescado. ¿Quieres receta? Pues también va una.

De pequeño seguro que alguna vez te han dicho eso de “te conozco, bacalao, aunque vayas disfrazao”. Hoy nos vamos a vestir de expertos en bacalao para contarte todo lo que debes saber sobre este pescado. Sus nutrientes y propiedades –que tiene un buen puñado–, trucos para desalarlo y una receta para que pruebes tú mismo. ¿Listo?

 

Es un pescado que puedes consumir durante todo el año. Lo tienes fresco, salado y desalado (al punto).

 

También se presenta enlatado, ahumado, congelado… y se comen hasta las huevas. No obstante, su época de mejor consumo abarca desde el otoño a la primavera. Es un pescado blanco, que alberga casi toda su grasa en el hígado y la piel. Contiene muchas proteínas de alto valor ecológico y algunas vitaminas importantes. Por ejemplo, es una buena fuente de vitaminas del grupo B ­­–B1, B2, B6 y B9–, que sirven para aprovechar los nutrientes de los alimentos, para mejorar el sistema nervioso y facilitan la formación de glóbulos rojos. También tiene vitaminas A, D y E. Sin embargo, lo fundamental es su contenido en Omega-3, fantástico ácido graso contra enfermedades cardiovasculares. Vamos, toda una joya para tu organismo.

 

Desalando el bacalao

 

El bacalao más común que puedes encontrar en el mercado es el salado. Es el más apreciado en términos gastronómicos, de hecho. Para su preparación, el desalado es un paso básico. Es posible que sea la clave para que tus platos queden perfectos. Atención a estos consejos:

 

  • Utiliza mucha agua fría para quitar la sal.
  • En la piel es donde más sal se acumula. Ponla hacia arriba en un recipiente con agua fría para facilitar el desalado.
  • Si tienes hueco en la nevera, mete el recipiente dentro para que el agua esté siempre fría.
  • Cambia el agua según el tiempo que se necesite. Para los lomos se requieren unas 48-60 horas y el cambio cada 6 u 8. Los filetes, 36 horas y cambiar el agua cada 8. Las migas son 12 horas y los cambios cada 4.
  • No elimines el agua del todo en cada cambio. Deja un tercio para que el bacalao no pierda su sabor.
  • Ve probando para comprobar que el desalado es correcto. Mejor por las zonas gruesas, que son las que más tardan en eliminar la sal.

 

Bacalao a la crema

 

Vamos a aprovechar las virtudes del bacalao con una deliciosa receta. ¿Qué preparamos hoy? Un rico bacalao a la crema. Apunta los ingredientes y ve cogiendo el delantal.

 

Para cuatro personas necesitarás cuatro lomos de bacalao que tengan un buen tamaño. Unos 800 gramos más o menos. Una cebolla medianita, un manojo de perejil picado, 300 mililitros de leche evaporada –también vale la crema de leche ligera–, 25 gramos de mantequilla –una cucharada aproximadamente–, sal, nuez moscada y pimienta al gusto.

 

Una vez que tengas el bacalao desalado, enharina los lomos cuando estén bien secos. Si no quieres la salsa espesa, evita este paso. Sella los lomos enharinados en una sartén con un fondito de aceite. Con un minuto por cada lado es suficiente. Reserva el pescado y en esa sartén pocha lentamente la cebolla picada. Cuando veas que se pone transparente, añade la crema de leche y ponlo a tu gusto de sal, pimienta y nuez moscada. No olvides remover para que la salsita vaya espesando. Cuando lleves cinco minutos, incorpora la mantequilla y, al derretirse, pon el bacalao que habías reservado. Debes hacer un movimiento de vaivén a la cazuela para ligar la salsa. No dejes que se haga demasiado el bacalao. Sirve bien caliente con un poco de perejil por encima. Ten en cuenta que el bacalao es muy delicado y se te pueden partir los lomos si no los tratas con cuidado. ¡A comer!

 

Con esta receta ya te decimos quién va a ser el que corta el bacalao en casa. Tuyo es el poder. ¡Rico, rico!