LA PLAZA

Apio comerás y kilos perderás

Hasta Hipócrates utilizaba el apio como alimento curativo. Son muchas las leyendas y mitos sobre las propiedades de esta hortaliza. ¿Quieres desvelar sus secretos?

Hay orígenes y orígenes. Y entre ellos se encuentra el del apio. Una hortaliza que nació como planta aromática y que ha sido venerada desde tiempos inmemoriales. Imagina unas tierras pantanosas situadas en el centro de Europa, de clima ni frío, ni caliente, sino templado. ¿Lo tienes? Ahí, en ese lugar es donde nacieron los apios. Eso es, al menos, lo que cuentan las leyendas. Sin embargo, los científicos no terminan de ponerse de acuerdo y son muchos los que sitúan su origen en tierras bañadas por el Mediterráneo. Se tiene constancia de su cultivo como aromatizante allá por el siglo IX antes de Cristo. Se sabe que los apios se utilizaban para impregnar de olor las tumbas de griegos y egipcios, ya que se relacionaban con el culto a los muertos.

 

No fue hasta el siglo V cuando se le dio un uso medicinal. De eso se encargó Hipócrates, un médico griego que recomendaba el consumo de apio para personas con problemas diuréticos. Ya en el siglo XVI, tras terminar la Edad Media, los italianos se encargaron de cultivarlo como hortaliza comestible.

 

Aunque son muchas las variedades botánicas de la planta, se pueden distinguir principalmente por su color en apios verdes y amarillos. También es fácil clasificarlos por su grosor, altura o el número de pencas que poseen. Los verdes son más fáciles de cultivar y tienen un crecimiento robusto, pero necesitan pasar por una técnica conocida como blanqueo para otorgarle el característico color blanco a sus pencas. Los más conocidos son los Pascal y Florida. Los amarillos son más apreciados en la cocina y no necesitan blanqueo para mostrarse blancos. Los más comunes son Golden, Celebrity y Blanc de Perpignan. En cuanto a su época, son dos las más comunes, en invierno y en primavera, dependiendo de su ciclo reproductivo. Aunque claro, puedes encontrarlos durante todo el año, pero siempre recomendamos que consumas productos frescos y de temporada. Ya sabes, de temporada, lo que más agrada.

 

Antes hemos comentado que Hipócrates los utilizaba como diuréticos. ¡Es cierto!

 

Son excelentes para depurar tu organismo, además combaten los excesos de ácido úrico. Si tienes artritis o gota, ya sabes. Ataca al apio. También son unos grandes hipotensores, es decir, rebajan la tensión arterial. Hacen que tu sistema nervioso y muscular vaya como la seda, reducen el exceso de colesterol malo y son muy útiles para eliminar los mocos en resfriados. Por si todo esto fuese poco, impiden el crecimiento de células cancerígenas, previenen del estreñimiento y te ayudan a cicatrizar heridas. No es milagroso, pero casi.

 

¿Cómo no nos va a gustar el apio con todas las propiedades beneficiosas que tiene para el organismo? Si hasta enamoró al mismísimo Pablo Neruda, que le hizo esta famosa oda:

 

Son las venas del apio! Son la espuma, la risa,

los sombreros del apio!

Son los signos del apio, su sabor

de luciérnaga, sus mapas

de color inundado,

y cae su cabeza de ángel verde,

y sus delgados rizos se congojan,

y entran los pies del apio en los mercados

de la mañana herida, entre sollozos,

y se cierran las puertas a su paso,

y los dulces caballos se arrodillan.