LA PLAZA

Alimento escogerás y en tu cesta meterás

Seguro que planificas tu compra semanal o mensualmente, pero nunca viene mal recordar cómo elegir bien los alimentos que metemos en la cesta.

Hacer la compra es una rutina que todos hacemos, pero que pocos llegamos a realizar con conocimiento. Normalmente se suele ir al mercado con prisas y no se planifica bien la visita. La planificación es un paso fundamental para lo que se denomina compra inteligente. Seguro que alguna vez has escuchado consejos sobre cómo, cuándo, dónde comprar y mil cosas parecidas. Nosotros queremos que además de elegir bien el momento de acudir a La Plaza de DIA, elijas bien los productos que quieres llevarte. Recuerda, siempre frescos y de temporada.

 

¿Qué tal si hacemos un repaso breve para ver en qué tenemos que fijarnos a la hora de adquirir algunos alimentos?

 

Lo primero que debes hacer es una lista con lo que necesitas. Una vez hecho esto, siempre debes clasificar los productos en tres grandes bloques: los no perecederos, los frescos y los congelados. Es precisamente en ese orden en el que te tienes que fijar para ir metiendo los alimentos en tu cesta. Así lograrás que lleguen a casa en las mejores condiciones. Leer el etiquetado –sobre todo la fecha de consumo preferente– y comprobar bien que los envases están en buen estado es fundamental. Además, recuerda poner primero los productos de más peso para que no dañen al resto.

 

Comprando carne

 

Esto es quizá lo más sencillo, ya que una carne en mal estado se reconoce muy rápido por su color y aroma. Aquí dependerá más de lo que busques para tu receta. Siempre es mejor elegir cortes que no tengan mucha grasita. También cortes que sean tiernos. Por ejemplo, el lomo y las costillas son mejores partes que la espalda o la pata. A simple vista, la carne no debe estar viscosa ni pegajosa. Es recomendable que leas la etiqueta por si ha sido procesada con algún saborizante o conservante. Siempre que tengas dudas, pregunta a tu carnicero de confianza.

 

Comprando pescado

 

Los pescados tienen una serie de características que te indican su frescura. Los ojos deben ser transparentes y brillantes. Las escamas tienen que estar pegadas y no ser viscosas. Las branquias, de un color rojo intenso y con un olor suave. Si pides al pescadero que te trocee la pieza, la carne debe ser firme. Cuanto más fresca, mejor se apreciará el llamado rigor mortis, quedando tiesas las rodajas.

 

Comprando latas de conservas

 

En estos productos es importante ver la fecha de consumo preferente y revisar muy bien el envase. No deben estar abolladas ni hinchadas. Suele ocurrir que no te das cuenta de si están en mal estado hasta que las abres en casa. Es mejor que las deseches si al abrirlas sueltan el líquido de forma violenta o sale gas.

 

Frutas y verduras

 

Este apartado necesitaría casi un capítulo aparte. La planificación es importante. Son alimentos frescos y que se ponen malos pronto, por lo que debes comprar solo lo que necesites. Por norma general, las frutas y verduras deben tener una piel firme, sin manchas y con colores vivos. Para piezas como los melones o las sandías, al tocarles el culo deben ceder un poco ante la presión, y el color es el mejor indicativo para las piezas pequeñas como uvas o cerezas. Si compras fruta o verdura de caducidad rápida, que no vayas a consumir hasta pasados dos o tres días, como los plátanos, es bueno que los elijas más verdecitos. Por último, y no menos importante, estaría bien que conocieras en profundidad lo que compras. No todas las manzanas tienen la misma firmeza, por ejemplo.

 

Con estos pequeños consejos, seguro que te resulta más fácil elegir qué alimentos llevarte a casa y solo tendrás que preocuparte por las deliciosas recetas en las que los va a consumir. ¡De temporada, lo que más agrada!