LA PLAZA

Al pan, pan

Todo un clásico. Y huele que alimenta. Trigo, centeno, cebada, avena o soja. ¿Cuál es tu favorito? ¿Sabías que este alimento nació casi por casualidad?

Si hay algo que no suele faltar en ninguna mesa, en cualquier época y hora del día, es el pan. La tostada es indispensable en el desayuno mediterráneo, una característica que lo distingue de las costumbres de países anglosajones y nórdicos. A la hora de comer nos sentimos mucho más cómodos si tenemos al lado una hogaza o mendrugo con el que acompañar cualquier plato.

 

Y para cenar… Bueno, un sándwich siempre es apañado, rápido y sencillo.

 
¿Sabías que el pan nació por pura casualidad? O al menos eso es lo que se cuenta. Es difícil rastrear el origen exacto de un alimento tan básico. Los historiadores parecen estar de acuerdo en que fue en Egipto, unos 6.000 años antes de Cristo. Una de las crecidas del río Nilo provocó la inundación de un depósito de trigo y cuando el agua descendió se encontraron con que el cereal había fermentado. Sin saber muy bien qué hacer con aquella extraña masa, a alguien se le ocurrió colocar una porción en un horno. Y de ahí surgió el nuevo alimento que tiempo después se conocería como pan.

 

Otra historia que ronda en la cultura popular dice que en realidad la primera fermentación del pan conocida se produjo cuando una cierta cantidad de harina se dejó a la intemperie, antes de una fiesta, más tiempo del debido.

 

Un compañero fiel 

 

Lo cierto es que debemos hacerle justicia a un compañero tan fiel, que lleva sirviéndonos durante tantos siglos, y desterrar algunos de los mitos que le rodean. Sí, es cierto que el pan es una fuente importante de hidratos de carbono (cada 100 gr nos aportan, aproximadamente, entre 240 y 285 kilocalorías), y por supuesto su consumo en exceso puede hacernos engordar. Pero no más que otros alimentos que tengan una composición similar, y no debemos pasar por alto el resto de beneficios que nos aporta solo por miedo a no cumplir con la ‘operación bikini’.

 

Basta con consumirlo de forma moderada, un consejo que vale para todo.

 
Según el tipo de harina que se emplee para elaborarlo, podemos encontrarnos varios tipos de pan:

 

•    El pan de trigo. Seguramente el que todos hemos consumido más a lo largo de nuestra vida. El trigo es el tipo de harina de mejor calidad y textura. 
•    El pan de centeno, muy presente en el norte de Europa, puesto que este cereal resiste muy bien el frío. 
•    El pan de cebada es el más apreciado en países orientales. Tiene un leve sabor a nuez y se puede mezclar con harina de trigo. 
•    El pan de avena y el de soja han adquirido mucha popularidad. El primero se recomienda para personas alérgicas al gluten.

 

Y si nos vamos a regiones concretas, nos encontramos con mil y una variedades diferentes: la barra andaluza, el mollete, la baguete o pan francés, la chapata, el payés catalán, el pan dulce, que forma parte de la tradición latinoamericana… Hay para todos los gustos y paladares. Ya sabes, la próxima vez que pases por una panadería de La Plaza de DIA no te resistas. Es más, llévate a casa alguna variedad que no hayas probado. ¡Tu cuerpo te lo agradecerá!