LA PLAZA

Al estómago, espárrago

Su textura te enamora y su sabor te encandila. Un alimento con miles de años de antigüedad y que se consume en todo el mundo. ¿Qué sabes sobre el espárrago?

¿Sabías que el cultivo de espárragos tiene su origen en el 5000 a.C.? Concretamente fueron los egipcios los primeros en apreciar sus bondades, y así lo dejaron ver en numerosas pinturas de monumentos de la época. No obstante, fueron los romanos los que se encargaron de difundirlos por el Mediterráneo y extender su cultivo por gran parte del mundo. Los árabes de la Península Ibérica también apreciaban mucho los espárragos y fue plato del agrado de reyes como el francés Luis XIV, que mandó plantar esparragueras en sus campos. No fue hasta el siglo XIX cuando se empezó a cultivar el espárrago blanco.

 

Es una verdura que se cultiva muy bien en zonas templadas. El primer productor de espárragos en el mundo es China, con más de un 85 por ciento de la producción mundial. Perú y Estados Unidos también son grandes productores. En Europa destacan los cultivos de Francia, Holanda, Alemania e Italia. Se distinguen dos tipos de espárragos principalmente: los trigueros y los cultivados. Los trigueros son aquellos que nacen silvestres en campos y montes. Suelen ser delgados, largos y de color verdoso. De los cultivados, hay dos clases. Por un lado los blancos, que se tapan con tierra para que crezcan sin recibir luz del sol. Al no recibir luz, adquieren ese color pálido. Por otro, los verdes, cuyo proceso es exactamente el contrario.

 

Cuenta el refrán que los espárragos de abril, para mí. Los de mayo, para el amo. Y los de junio, para el burro.

 

Hace referencia a la época de mejor consumo de este alimento. Si bien puedes encontrarlo durante todo el año en tu plaza de abasto de confianza, siempre recomendamos apostar por productos frescos y de temporada. Así, conservan mejor su olor, sabor, textura y, sobre todo, sus propiedades saludables para tu cuerpo. Los espárragos son muy buenos para tu organismo. Mantienen tu piel sana gracias a su contenido en ácido fólico. Además, contienen mucha fibra y son muy diuréticos, ideales para poner a tono tu estómago. Su contenido en potasio te ayuda a perder grasa en el abdomen. Tiene muchos antioxidantes para que tus células no envejezcan. ¡Qué maravilla!

 

Receta de risotto de espárragos verdes

 

Vale, hemos pensado que la mejor forma de apreciar este manjar es con una receta exquisita. ¿Qué tal un delicioso risotto de espárragos verdes? Sencillo, rápido y con mucho sabor. Toma papel y lápiz, que vamos con los ingredientes. Lo primero que necesitas es el arroz, obvio. Existe una clase especial para hacer risotto, de tipo Arborio. Además, coge un buen puñado –unos 350 gramos– de espárragos verdes, con el tallo duro y bien limpitos. Vamos a utilizar también un litro de caldo de verduras, media cebolla, dos cucharadas de mantequilla, otras dos de aceite de oliva, un vaso de vino blanco seco y queso parmesano al gusto para darle el último toque.

 

Comenzamos. Lo primero es preparar los espárragos, cuando lo tengas bien limpios –sin tallo duro– pártelos a trocitos y pásalos por una sartén con aceite durante dos minutos. Reserva y ve al paso siguiente. Sin limpiar la sartén, pocha a fuego lento la media cebolla picadita. Bien pochada, es hora de añadir el arroz. Remueve para que se impregnen bien todos los sabores y aromas. Añade el vino y deja reducir hasta que el alcohol esté evaporado. Incorpora los espárragos troceados –reserva algunas yemas a modo decorativo– y ve echando caldito de verdura hasta que el arroz lo absorba. Añade tanto caldo como sea necesario hasta que el arroz esté en su punto justo. Listo para servir recién hecho para que no pierda textura. Justo antes de comer, añade el queso parmesano por encima y decora con las yemas de espárragos que habías guardado. ¡Sabor!