LA PLAZA

A ser felices y comer codornices

Recetas y curiosidades de una de las aves preferidas para guisos y platos, la codorniz. ¿Sabías que son más de 100 las razas de codornices silvestres que existen?

Érase una vez una persona que iba a la plaza de abasto y buscaba un buen ave para guisar. Cuentan que esa persona fue feliz y se llevó más de una codorniz. ¡Gran elección! Seguro que más de una vez y de dos has leído o escuchado eso de ‘fueron felices y comieron perdices’. Bueno, también le valen al dicho las codornices. Así terminaban muchos cuentos de la infancia, cuando el príncipe rescataba a su princesa. Un gran banquete los recibía con fuentes repletas de deliciosos manjares, como la perdiz o la codorniz, aves de un sabor maravilloso.

 

Dejémonos de cuentos, que hemos venido a hablar de codornices. La codorniz común es un ave pequeñita, tanto que a veces puede confundirse con las crías o polluelos de la perdiz. En cuanto a sus razas, son muchas las que podemos encontrar en el mercado. Casi tantas como usos se les dé. Así, la codorniz japonesa es famosa por ser una de las mejores ponedoras de huevos. Por otro lado, son muy apreciadas por su carne las variedades Bobwhite, Giant Brown y Giant White.

 

La codorniz tiene una carne de textura muy suave. Es conocida por poseer proteínas de gran calidad. Es una carne blanca, con muy poca grasa.

 

Por ejemplo, 100 gramos de codorniz no aportan más de 110 kilocalorías y menos de dos gramos de grasa. Las codornices son apropiadas para desarrollar los músculos y para los más pequeños de la casa, precisamente por esas proteínas que aportan.

 

Recetas de codornices

 

Sí, no queremos hacerte más esperar. ¡Llega el momento de la receta! Manos limpias, delantal puesto y atento, que empezamos. Vamos a preparar unas deliciosas codornices al Jerez. En fin, con estos ingredientes no puede salir nada malo. Apunta lo que vas a necesitar. Cuatro codornices, una cebolla, seis dientes de ajo, un poco de laurel y tomillo, taquitos de jamón ibérico –unos 100 gramos– sal, pimienta, aceite de oliva y un vaso de un buen Jerez seco.

 

Se trata de una receta muy sencilla, con un resultado espectacular y un sabor extraordinario. Lo primero que tienes que hacer es coger una cazuela para dorar las perdices con un poco de aceite, sal y pimienta. Deja que se pongan bien doraditas y retíralas. En ese mismo aceite, rehoga la cebolla y el laurel, para que siga cogiendo sabor el fondo. Pica los ajos e incorpóralos. Vuelve a meter en la cazuela las codornices y añade el vino. Debes dejar que el vino se evapore. No te tomará más de unos minutos. Añade el tomillo y un vasito de agua. Sin prisa pero sin pausa. Fuego lento y a dejar que la cocina haga su magia. Cuando las codornices estén tiernas, más o menos a mitad de la cocción, dales la vuelta. Ten especial cuidado al manipularlas, ya que pueden romperse. Antes de retirar, incorpora los taquitos de jamón para darle más saborcito.

 

Para la salsa, es buena idea retirar las codornices cuando estén tiernas y batir con la batidora en la misma cazuela. Luego se añade el jamoncito en tacos y listo. Sirve en una fuente las codornices con la salsa por encima o en una salsera a parte, al gusto. Fácil, ¿no?

 

Y como estamos generosos, también te damos unas ideas para pinchos rápidos utilizando huevos de codorniz. Esos tan pequeñitos pero sabrosos que ves en La Plaza de DIA. Prueba a hacer unos pinchos como aperitivos con salmón ahumado y huevo de codorniz cocido, o el huevo de codorniz cocido envuelto en una anchoa y con una aceituna. Buenísimo. Y si encima lo mojas en una mayonesa aromatizada, mejor que mejor.

 

De las aves, la perdiz y mejor la codorniz. Bueno, tampoco no vamos a pelear. Hoy toca codorniz y mañana será perdiz. Unos deliciosos manjares. ¿Te atreves a preparar un buen guiso con este ave? Colorín colorado, este post se ha acabado. Venga, a ser felices y comer codornices.