LA PLAZA

A la rica bacaladilla

De la misma familia que el bacalao y con un aspecto muy similar nos llega del mar la bacaladilla. Un pescado de sabor agradable y con una suave textura.

Las costas bañadas por el océano Atlántico nos regalan un delicioso pescado, la bacaladilla. También se le conoce con el nombre de lirio o perlita y es de la misma familia que el bacalao, aunque con una talla mucho menor. Al igual que las sardinas, son peces gregarios. En España se pescan tanto en el Cantábrico como en el Mediterráneo. Son especialmente veneradas en Asturias, donde también se les llama abril, liriu o bacalá.  ¿Quieres conocer un poco mejor a este pescado?

 

Te contamos sus propiedades, algunas curiosidades y una receta que te dejará con la boca abierta.

 

Propiedades de la bacaladilla

 

La bacaladilla es un pescado blanco y, como tal, tiene un contenido graso muy bajo. Una porción de 100 gramos solo contiene 0,7 gramos de grasa. Es un alimento rico en proteínas de alto valor biológico y en minerales, sobre todo en yodo. El yodo es fundamental para que nos funcione como es debido la glándula tiroidea, responsable de nuestro metabolismo, del desarrollo del cerebro y hasta del crecimiento del feto. Como curiosidad, contiene bastante zinc, que además de intervenir en la absorción de grasas, proteínas e hidratos de carbono, colabora con el desarrollo y crecimiento de los órganos sexuales.

 

Curiosidades

 

En España se suele consumir la conocida como bacaladilla común, mientras que en América del Sur abunda la bacaladilla austral. Esta última es un poquito más pequeña y su carne es más compacta y apreciada que la de la común. Hay que tener en cuenta que no podemos confundir este pescado con una variedad de palometa muy similar a la que también llaman lirio.

 

El nombre de bacaladilla le viene por parecerse a un bacalao pequeñito. Tanto se parece al bacalao que son muchos los que opinan que se debe cocinar igual que este pescado. Pero ojo, porque la carne de la bacaladilla es mucho más frágil. Su manipulación y cocinado debe hacerse con cuidado. Una buena idea es preparar croquetas, dada su textura suave y la facilidad con la que se desmiga. Su sabor queda realzado con acompañamientos vegetales como pimientos, setas, patatas o tomates.

 

Es de los pescados más perecederos que existen, por lo que se recomienda su consumo inmediato tras su compra. Se debe mantener en frío hasta el momento de comerlo y también aguanta bien el congelado una vez limpiado de escamas y vísceras.

 

Bacaladilla al horno

 

Te proponemos una receta tan ligera como apetitosa y sencilla. Si estás en plena operación bikini, no lo dudes y disfruta de unas maravillosas bacaladillas al horno. Para su preparación vas a necesitar ajito, perejil fresco, tomillo, sal, limón, aceite de oliva virgen extra y una buena materia prima, con tres bacaladillas por persona va fenomenal.

 

Lo primero es precalentar el horno a unos 180 grados. Mientras tanto, coge una bandeja y coloca sobre ella las bacaladillas y sala al gusto. Si quieres puedes poner papel de horno, así conseguirás que no se te peguen. Ahora coge un mortero o un cuenco que tengas a mano y mezcla el ajo –previamente picado–, el perejil y el tomillo con el zumo de medio limón y una cucharada grande de aceite. Tritura todo bien y añade aceite en caso de que fuese necesario. ¿Listo? Turno para la pintura. Con una brocha ve extiendo esta mezcla por las bacaladillas y pon la bandeja en el horno. Con unos quince minutos de horneado es suficiente. Receta lista y deliciosa. La puedes acompañar de unos tomatitos, por ejemplo.

 

¿Te ha gustado la receta? Esperamos que sí y que hayas conocido un poquito mejor este pescado tan extraordinario. Y hoy de comidilla, bacaladilla. ¡A comer!