LA PLAZA

Se come así y no asá

Pirámides. No hablamos de las de Egipto. Esas son un pelín más antiguas. Las nutricionales te ayudan a buscar el equilibrio. Elegir bien qué comer cada día, vamos. Y no te asustes: se entienden fácilmente.

Los orígenes de las pirámides nutricionales son algo confusos. Ya en 1960 existían unas guías que te ayudaban a elegir bien qué comer cada día. Cada país se suele guiar por una, pero su objetivo es el mismo:

 

ayudarte a que ingieras alimentos de forma equilibrada y sana.

 

Allá por los años 70 se crearon las primeras pirámides. No, las de Egipto no. Esas son un pelín más antiguas. Nos referimos a las nutricionales. Aunque sus orígenes son algo confusos, ya en 1960 existían unas guías que te ayudaban a elegir bien qué comer cada día. Las primeras pirámides se crearon durante la siguiente década y las versiones más modernas tienen sus antecedentes en la propuesta por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos en 1992. Curioso, ¿verdad?

 

Claro, las dietas y la comida saludable son un tema que nos preocupa a todos. Por eso, son muchas las organizaciones que ponen su empeño en enseñar a comer adecuadamente a la sociedad. No existe un solo tipo de pirámide, por supuesto. Es habitual que cada país tenga una propia en función de su cultura. Además, dependiendo de diversos factores como la edad o las enfermedades se suelen seguir distintos tipos. En España la más común es la pirámide NAOS, nacida de la estrategia para la Nutrición, Actividad Física y prevención de la Obesidad, de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. El objetivo es básico: ayudarte a que ingieras alimentos de forma equilibrada y sana. 

 

De abajo a arriba

 

Entender la pirámide es bien sencillo. Solo tienes que revisar los alimentos que van desde la base hasta la cúspide. Los de la zona baja son los que debes comer con mayor asiduidad, y los de la alta de forma ocasional. Imagina que divides la pirámide en porciones, siendo la mayor la de la base. Este primer nivel lo componen los alimentos con carbohidratos complejos, por ejemplo los cereales, el arroz o la pasta. La zona central está repleta de ingredientes ricos en fibra, vitaminas y minerales. Es el caso de las verduras y la fruta. Un poco por encima se encuentran los lácteos, las legumbres, la carne y el pescado, con muchas proteínas, hierro y calcio. Por último, en la parte más alta están los dulces, los refrescos y las grasas. En definitiva, pocos nutrientes y muchas calorías. Es decir, diariamente se deben consumir alimentos procedentes de todas las zonas excepto de la cúspide.

 

La variedad es fundamental en todas las dietas.

 

Una buena combinación diaria de alimentos unida a la actividad física aportará grandes beneficios para tu organismo. Como siempre, es recomendable consumir los productos frescos y a ser posible, de temporada. Cómete el coco. Disfruta la compra en tu supermercado y come variado. Así podrás llenar tu vida de sabor y salud.

 

Dieta y no recetas y tendrás salud completa. ¿Te animas? Ya lo sabes: las pirámides, mejor desde la base.