LA PLAZA

Más claro que el agua

Agua no enferma, ni emborracha ni adeuda. Tenlo claro, claro. El agua mineral es rica, sana y económica. ¿Puede haber algo mejor para tu cuerpo?

Como decían los antiguos, ¡agua va! Bueno, en esta ocasión es otro tipo de agua. Hoy te contamos los beneficios y propiedades de las aguas minerales naturales.

 

Antes que nada, ¿sabes bien lo que es el agua mineral? Es un producto de la naturaleza. Tiene que ser sano, ¿no? Se trata de agua que procede del subsuelo y que se embotella directamente desde la fuente de la que sale. Además, es necesario que tenga propiedades beneficiosas para tu salud para que sea merecedora de esta denominación. ¡Tienen que ser demostradas previamente!

 

Como norma básica, no se puede alterar la composición de las aguas minerales naturales salvo dos excepciones. Se les pueden quitar componentes que sean inestables como el hierro o el azufre y se les puede modificar el contenido de gas. Así, existen diferentes tipos de aguas minerales naturales.

 

Aguas minerales naturales

 

En función de los residuos secos que contenga, puede ser de mineralización muy débil o débil (de 50 a 500 miligramos por litro) o fuerte (superior a 15.000 miligramos por litro). Dependiendo de si es rica en sodio, bicarbonato, azufre, cloro o calcio, puede ser sódica, bicarbonatada, sulfatada, clorurada o cálcica. Además, se le puede añadir o quitar gas haciendo que sean más o menos carbonatas. En España tenemos más de 100 variedades diferentes.

 

Beneficios y propiedades

 

Como hay tantas variedades de agua, las propiedades dependen mucho del tipo que bebas. Por ejemplo, las bicarbonatadas son muy buenas para mejorar la digestión y las bajas en sodio para tratar problemas de riñón, corazón y de tensión. No obstante hay algunos beneficios que todas tienen en común.

 

– Mantienen sanos tus huesos y dientes.

– Mejoran tu sistema nervioso y son fantásticas para relajar tus músculos.
– Reducen los niveles de colesterol malo y aumentan el de los buenos.

– Estimulan el apetito.

– Tonifican tu piel.

– Previenen el sobrepeso.

 

¡Un poco de agua para todos! Para los recién nacidos va muy bien, ya que no necesita ser hervida. Para las mujeres juega un papel muy importante en el embarazo, la lactancia y la menopausia. Y los mayores, ¡ay, nuestros mayores! Con la edad hay menos ganas de beber, pero el cuerpo necesita gran cantidad de agua. La mineral natural puede ser un gran aporte nutritivo para ellos.

 

¿Te notas cansado? ¿Te falta concentración? ¿Has olvidado algo recientemente? ¡Cuidado! Estos y otros tantos son los síntomas de una mala hidratación.

 

Los expertos y la Organización Mundial de la Salud recomiendan beber entre dos y tres litros de agua al día. Ten en cuenta que al nacer, tu organismo está formado por un 75 por ciento de agua y en tu etapa adulta alrededor de un 60 por ciento.

 

Agua buena sin olor, color ni sabor. Y que la vea el sol. Y tú, ¿cómo te hidratas?