LA PLAZA

Jamón y vino, bálsamo divino

El que parte y reparte se lleva la mejor parte. Eso es así. Aprende a cortar un buen jamón ibérico. Venga, sujeta el jamonero y coge el cuchillo.

¡Qué producto más rico! En tu mercado y en tu hogar hay algo que no puede faltar, un buen jamón serrano. Sus propiedades lo colocan como un alimento extraordinario para la salud –siempre que se coma con moderación–. Es rico en vitamina B1, por lo que reducirá tu estrés. Además, baja tu colesterol y sus grasas insaturadas son muy buenas para tu corazón. Un auténtico lujo.

 

¿Sabes realmente cómo comerlo para apreciar todo su sabor? Y es que además de ser un alimento sano, está riquísimo. Lo mejor es saborearlo a temperatura ambiente, ya sabes, entre 18 y 24 grados centígrados, cuando adquiere un color brillante. No te olvides de que el corte es muy importante.

 

¿Habilidad o arte?

 

Los maestros jamoneros lo tienen claro: del corte y la presentación del jamón depende en buena medida el sabor. Lonchas finas con un tamaño medio y casi transparentes. Así deben ser. Por supuesto, se pueden cortar con una máquina. Sin embargo, el corte a cuchillo garantiza que sus propiedades de sabor, olor y textura sean las adecuadas. Además, es un auténtico espectáculo presenciar el corte del jamón.

 

Jamón empezado, pronto mediado; jamón mediado, pronto acabado.

 

Consejos para un buen corte


Lo primero que debes tener en cuenta es que debes hacerte con unos buenos cuchillos. Uno de hoja ancha y dura para quitar la corteza, de carnicero. Otro fino, alargado –de unos 40 centímetros de largo– y flexible, el jamonero. Finalmente también tienes que contar con otro más pequeño y fuerte para las zonas más complejas, uno de puntilla.

 

¿Tienes ya el cuchillo listo? Pues ¡a cortar! Es importante que sepas si el jamón va a durarte poco o si su consumo va a ser duradero. Dependiendo de lo que elijamos, tendremos que colocar el producto de una manera u otra en el lugar del corte. Coloca la pezuña hacia arriba si el consumo va a ser rápido. Para uno lento, mejor hacia abajo, quedará la parte más jugosa para el final y te aguantará mejor. Si lo vas a cortar entero, puedes quitarle toda la piel y la grasa que rodea la carne. Si no, mejor dejarle la grasa y no tirar lo que recortes a la basura, ya que te servirá para colocarlo encima de la zona de corte cuando no la uses y se conservará mejor el producto.

 

Siempre es recomendable cortar desde la pezuña hasta la parte trasera de la pieza. Recuerda que la parte más cercana al hueso no se lonchea. Se prepara para jamón en taquitos. Como presentación, puedes ayudarte de unas pinzas para manipular las lonchas. Colócalas en un plato ligeramente sobrepuestas entre ellas.

 

Y si quieres ser original, prueba con el corte transversal. Imagina que estás cortando una cinta de lomo en filetes, el jamón también puedes partirlo así. Esto tiene una ventaja: la zona de corte es más pequeña, por lo que tardará más en secarse.

 

Tú te atracas de jamón y el envidioso sufre la indigestión. Sujeta el jamonero, coge el cuchillo y corta un pedazo de este delicioso manjar, que el jamón has de degustar.