LA PLAZA

Estamos de buena uva

Para vino o como fruta, qué deliciosa está la uva. ¿Sabías que la vid es una de las primeras plantas que cultivó el ser humano?

Cuando éramos pequeños nos decía nuestra tía Francisquita eso de “uvas con queso y pan, no hay en el mundo tal manjar”. Así aprendimos a amar las uvas y el queso. En estas líneas queremos detenernos en ese primer ingrediente del refrán: la uva. ¡Qué delicia! La producción de esta fruta, tanto de vino como de mesa, recae en su mayoría en Europa. Este continente produce el 50 por ciento de la producción mundial de uva. Conozcamos un poco mejor su origen.

 

Aunque es difícil ponerse de acuerdo en el nacimiento de la vid, lo cierto es que la mayoría lo sitúan entre Europa oriental y Asia occidental, cerquita del mar Caspio. Se cree que las uvas se recolectan desde el periodo paleolítico. Su historia ha ido unida a la de los seres humanos y claro, tenemos que pararnos en Grecia y Roma, dos culturas que explotaron todo lo que podía dar este alimento. Como curiosidad, los españoles fueron los que transportaron la uva a América y extendieron su uso. Ya en el siglo XIX, la vid europea sufrió la plaga de un insecto americano y como solución introdujeron en Europa vides americanas, resistentes a la plaga. Así consiguieron variedades más resistentes.

 

Cultivo de uvas en España

 

Variedad de mesa:

  • Moscatel.
  • Lambrusca.
  • Muscadina.
  • Uva embolsada Vinalopó –que cuenta con Denominación de Origen protegida–.
  • Otras.

 

Para elaborar vino:

  • Palomino
  • Chardonay
  • Garnacha
  • Malvasía
  • Merlot
  • Syrah
  • Tempranillo
  • Otras.

 

La madurez de la uva es la que indica la época de su recogida, aunque en el hemisferio norte se hace entre julio y octubre. Recuerda que cuando más madura sea la fruta, más azúcar tendrá y menos ácida será.

 

Las uvas no son solo deliciosas, también te aportan muchos beneficios para tu organismo.

 

Por ejemplo, son fantásticas para tu piel, tanto si te las comes como si las machacas y te aplicas esa masa a modo de mascarilla durante unos minutos. Son muy ricas en antioxidantes, retrasando el envejecimiento de tu cuerpo, y contienen un potente anticancerígeno llamado resveratrol. Es posible que no lo supieras, pero son un buen remedio contra las hemorroides y las varices. Mejoran la circulación sanguínea, bajan tu tensión arterial y te aportan un buen puñado de vitaminas. Si eres de esos que les retiran las pepitas, ojo. Las semillas de las uvas son las responsables de muchas de las propiedades que hemos citado con anterioridad. ¡Siempre con semillas!

 

Acabamos con otra divertida anécdota, que no es otra que la tradición de comer doce uvas en fin de año. Una costumbre española que también se realiza en algunos países de América del Sur como México, Argentina o Chile. ¿De dónde surgió esta idea? Algunos, la mayoría, hablan de un excedente de uva en Alicante y Murcia allá por el 1909. Otros, los menos, se remontan a 1882, cuando José Abascal y Carredano, alcalde de Madrid por aquella época, impuso la tasa de cinco pesetas a aquellos que quisieran salir a la calle de fiesta para recibir la noche del 5 de enero a los Reyes Magos. Una fortuna por aquel entonces, a la que los madrileños menos adinerados respondieron con una protesta, comiendo doce uvas en la Puerta del Sol al son de las campanadas. Una mofa de una tradición aristocrática de Francia y Alemania, países en los que se comían uvas y champán en momentos festivos.

 

Ya solo te queda ir a La Plaza de DIA y comprar un buen racimito de tus uvas preferidas. Verdes, moradas o amarillitas. ¡Qué poco cuesta comer bien!