LA PLAZA

Comer verdura es cordura

Por salud, por actitud o simplemente por estilo de vida. Hay muchos factores para decir sí a las verduras. Y más aún si hablamos de la sabrosa alcachofa.

Cuenta la leyenda que Pitágoras exigía a sus discípulos no comer carne. Así nació la dieta pitagórica, antecedente de la dieta vegetariana actual. Desde entonces, son muchos los personajes ilustres que por un motivo u otro han optado esta forma de alimentación. Darwin, Vincent van Gogh, Ovidio, Sócrates o el mismísimo Leonardo da Vinci se apuntaron a la comida vegetariana.

 

Hoy te queremos contar las propiedades y ventajas de un vegetal en concreto, la alcachofa.

 

¿Sabías que se trata del fruto de la alcachofera? Esta es una planta que puede alcanzar hasta los dos metros de altura. Casi nada. Dicen que su origen procede del norte de África, aunque son muchos los que la colocan en los mitos griegos. Como curiosidad, existía en la antigua Grecia una bella muchacha llamada Cynara de la que Zeus –padre de todos los dioses– quedó enamorado. Se la llevó al monte Olimpo para convertirla en diosa, pero esta echaba de menos a su familia y regresó a su hogar. El enfado de Zeus hizo que la convirtiera en la primera alcachofa del mundo y por eso el nombre científico de este fruto es el de Cynara scolimus. Interesante, ¿verdad?

 

Hoja a hoja se come la alcachofa

 

Las alcachofas están compuestas en su mayoría por agua. Aportan pocas calorías y muchos nutrientes. Son especialmente buenas para tratar los problemas de hígado. Son diuréticas y también reducen el colesterol malo. Su temporada comienza a finales de octubre y termina en marzo, aunque su mejor época es a mediados de enero. ¿Te apetece hacer una deliciosa receta con este manjar como ingrediente principal?

 

Alcachofas rebozadas

 

Para esta receta necesitas una docena de alcachofas tiernas de tamaño pequeño, un par de huevos, 50 gramos de harina, el zumo de un limón, sal y pimienta, aceite de oliva y un poco de ajo y perejil. Ingredientes sencillos para un plato rico y con mucho sabor.

 

Empieza limpiando las alcachofas. Para ello debes quitarles las hojas más duras. Frótalas con un limón para que no se pongan negras. Coge los corazones y pártelos a la mitad. Cuécelos 10 minutos en agua con sal y déjalos secar. Prepara un rebozado con los huevos y una mezcla de sal, perejil y ajo con harina y agua –usa una cucharada de harina y dos de agua para que la crema tenga una textura espesa–. Pasa los corazones de alcachofa por el rebozado y la harina, y a freír. Como truco, pásalos dos veces por el rebozado. Sácalos cuando estén bien doraditos y sírvelos calentitos. Les puedes dejar los cabos para una mejor presentación.

 

Alcachofa a la plancha

 

También quedan fenomenal a la plancha. Limpia igual que en la receta anterior una docena de alcachofas pequeñitas y tiernas y dóralas en una plancha bien caliente con un poquito de aceite. Al dente quedan deliciosas. Si son duritas, mejor cocerlas o hacerlas al vapor durante unos minutos antes de cocinarlas.

 

Con fruta y verdura, la vida perdura. ¿Cuál es tu receta vegetariana favorita? Hay muchas de ellas, pero siempre mejor con productos frescos y de temporada. ¡Cómete la vida!