LA PLAZA

Arrima el ascua a tu sardina

Abundante, económica y llena de sabor. Así es la sardina, la amiga de las festividades veraniegas en muchos pueblos de España.

¿Quién no se ha comido unas buenas sardinas asadas en la playa en verano? Un manjar de reyes a precio de pueblo llano. A eso no te puedes resistir. Dile a tu cuñado que él invite a las cervezas y tú al espetito. ¡Qué rico! La verdad es que se nos hace la boca agua pensando en este pescado. Te proponemos un plan. ¿Qué tal si te contamos algunas curiosidades sobre las sardinas y terminamos con una fantástica receta? Venga, ponte cómodo que empezamos.

 

A pesar de su buen sabor, es cierto que nunca ha sido valorada al mismo nivel que otros pescados. Es posible que la abundancia de sardinas y, por lo tanto, su precio bajo hagan que no sean más reconocidas. No obstante, ya lo decía el genio de la cocina Ferran Adrià: “Una buena sardina es mejor que una mala langosta”.

 

La época de mejor consumo de este pescado es en el verano. Ya sabes, en San Juan, la sardina moja el pan. Es cuando más abundan y tienen mejor sabor, ya que se sobrealimentan y tienen una carne mucho más jugosa que en otros meses del año. Las sardinas viven en aguas templadas. Son propias del Mediterráneo y otros mares cercanos, así como del Atlántico más oriental. Tras la anchoa, es el segundo pez más pescado en los países del Mediterráneo.

 

¿Cuáles son sus propiedades?

 

La sardina es un pescado azul bastante graso y muy saludable. Si lo comes, tendrás una buena fuente de ácidos grasos omega-3. Esto te ayudará a reducir el colesterol y los triglicéridos. Además, tendrás menos riesgo de padecer enfermedades relacionadas con la circulación de la sangre. También tiene muchas proteínas y un buen puñado de vitaminas y minerales. Por ejemplo, es un pescado que posee muchas vitaminas B. ¿Qué hacen? Sirven para que tu organismo coja mejor los nutrientes energéticos de otros alimentos. Eso no es todo. Es rico en vitaminas A, que mejoran tus mucosas, la piel o el pelo, sirven de resistencia ante infecciones y mejoran tu vista. Y, por supuesto, en vitaminas D, que harán que absorbas mejor el calcio. En cuanto a minerales, si tomas sardinas conseguirás buenos niveles de fósforo, magnesio, potasio, hierro, yodo y zinc en tu organismo.

 

Sardinas marinadas

 

¿Vamos con la receta? Te invitamos a una exquisitas sardinas marinadas. Antes de empezar, tienes que contar con los siguientes ingredientes. Medio kilito de sardinas fileteadas –sin piel ni escamas– de esas que te preparara tu pescadero de confianza. Ya sabes, siempre frescas y de temporada. Un diente de ajo, el zumo de un limón y la misma cantidad de vinagre suave.

 

Aceite, sal, pimienta y perejil. ¡Listo! Ponte el delantal y a trabajar.

 

Lo primero de todo es preparar los lomitos de sardinas. Solo tienes que lavarlos bien con agua y secarlos luego con papel absorbente. Busca un recipiente –con una bandeja honda es suficiente– y añade las sardinas recubiertas del ajo y perejil bien picados junto a los líquidos y un poco de sal y pimienta al gusto. Reserva en la nevera durante unas dos o tres horitas. Ya están marinadas, ahora debes sacarlas, quitarle el líquido sobrante y recubrir con aceite de oliva bien tapaditas hasta su consumo. Para comerlas, te recomendamos unas tostaditas con los lomitos de sardinas encima recubiertos de tomate triturado y un poco de perejil. ¡Riquísimas!

 

Sardina, mariquilla, manolita, parrocha, chouba, medianilla o txardiña. Fresca, en conserva, en salazón, fritas, a la plancha o en barbacoa. ¿Qué mas da cómo se llame o cómo se cocine? Venga, a disfrutar de unas buena sardinas en el chiringuito o en casa. Y no lo olvides: de temporada, la que más agrada.