LA PLAZA

Albaricoques, estrellas de la primavera

Uno de los frutos emblemáticos de la estación primaveral, el albaricoque. Esconde multitud de propiedades y una historia que abarca miles de años.

Como tantos otros alimentos, el albaricoque es un fruto originario de Asia. Proviene de sus regiones templadas y el primer lugar donde se tiene constancia de su cultivo es en China, allá por el año 3000 a.C. Fueron los romanos, a través de las famosas rutas comerciales que unían Oriente con el resto del mundo, los que lo introdujeron en Europa. Lo hacían por Armenia, de ahí que su nombre científico sea Prunus armeniaca. Para los romanos, este fruto era conocido como praecox por florecer de forma precoz en la primavera.

 

Curiosidades aparte, el albaricoque es un fruto muy consumido en el planeta. Turquía es el mayor productor mundial, aunque España también exporta muchos al mundo, sobre todo desde las zonas de Murcia y Valencia. Existen muchas variedades, aunque las más conocidas son las siguientes.

 

Variedades de albaricoques

 

  • Currot. Es una de las variedades que se comercializan más temprano. Es poco carnosa, de pulpa blanquecina y una piel blanca y rosácea.
  • Moniquí. Destaca por su sabor azucarado, su gran tamaño y su pulpa carnosa de piel blanquecina. Una de las variedades estrella.
  • Nancy. Fruto de tamaño muy grande y color dorado con vetas rojas. Su carne es perfumada y su sabor mezcla notas dulces con toques ácidos.
  • Ginesta. Otra variedades temprana, como la currot. Su sabor es muy suave y fino y tanto la piel como su pulpa son blanquecinas.
  • Galta roja. Es la variedad más conocida en España. Su piel cubre tonalidades rojas, naranjas y amarillas. Su pulpa es anaranjada y con un exquisito sabor dulzón.

 

Sus propiedades

 

Los albaricoques son unos frutos buenísimos para nuestra salud. Apenas poseen hidratos de carbono, ya que contienen mucha agua. Tienen gran cantidad de fibra, que hará que tengas bien regulado tu sistema digestivo. También son una buena fuente de provitamina A, los conocidos beta-carotenos, con un potente efecto antioxidante y que sirve para proteger el pelo, la piel, la vista, el cabello y las mucosidades. En cuanto a minerales, aportan calcio, potasio y magnesio. El magnesio hará que tus músculos funcionen a las mil maravillas y el potasio pondrá a tono tu sistema nervioso. ¡Maravilloso!

 

 

Comprar y conservar albaricoques

 

Seguro que te han entrado ganas de acercarte a tu plaza de abasto a comprar unos kilitos de albaricoques, ¿verdad? Claro. ¿A quién no? Vamos a darte algunos consejos para que la compra sea lo más satisfactoria posible.

 

Su periodo de consumo más óptimo suele coincidir con los meses que van desde mayo hasta agosto.

 

Aunque depende de la variedad que elijas. Son frutos muy delicados, un pequeño golpe puede echarlos a perder. Cuando vayas a elegir las piezas, presiónalas con la mano. Deben estar firmes, aunque no duras, y la piel no debe presentar ninguna impureza.

 

Una vez que los tengas en casa, los albaricoques te aguantan perfectamente unos dos o tres días en la nevera. Cuidado con el consumo. Su piel tiene pelitos, que pueden contener restos de insecticidas o polen. Debes lavarlos muy bien. Un truco para que la piel se desprenda con facilidad es introducirlos en agua hirviendo para luego pasarlos al agua fría. Consúmelos rápidamente una vez pelados, ya que una vez que están troceados se oxidan con mucha facilidad.

 

En mermelada, como fruta deshidratada o frescos y aromáticos. ¿Cómo te gustan los albaricoques? A nosotros, de todas las maneras posibles. Así que aquí dejamos de escribir, que nos vamos corriendo a comernos un par de ellos. ¡Ñam!