LA PLAZA

Al terminar, las sobras has de guardar

Tarros de cristal, recipientes de plástico o simplemente plato sobre plato. Te contamos todo lo que necesitas saber sobre las sobras de comida.

A buen hambre no hay pan duro. Seguro que alguna vez has escuchado esta frase con la voz gastada de tu abuela o abuelo. Antiguamente, cuando el hambre apretaba, bastaba con una sobra de pan duro para alimentarse. Hoy en día también guardas sobras de comida en tu casa, ¿verdad? Y no es por si te quedas sin alimento; es para aprovechar bien todo lo que cocinas. Sería una pena tirar ese plato tan maravilloso que pasaste horas cocinando. Por eso queremos hablarte de las sobras de comida y te recordamos algunos trucos para que guardes la comida con seguridad. ¡Fuera intoxicaciones!

 

Terminas de comer ese platazo que te has marcado en la cocina y piensas: ¿qué hago con las sobras? ¡Guardarlas! Claro que sí. Puedes aprovechar mejor los alimentos e incluso hacer recetas nuevas con esas sobrillas. Pero tienes que tener en cuenta que una buena conservación es fundamental para que los productos mantengan bien sus propiedades, texturas, olores y sabores. Hay que conocer cada alimento. No todos se deterioran de la misma manera y en el mismo tiempo. Así, por ejemplo, los productos frescos como los huevos, la leche, el pescado crudo, frutas, verduras o la carne picada suelen aguantar menos tiempo en buen estado.

 

El frigorífico conserva la comida. Lo sabemos. Aún así, conviene tener claros los días que puede aguantar cada alimento en frío. No olvides que la nevera frena un poco la descomposición, pero no la detiene. Bien, apunta. El pescado fresco y la carne picada son los que menos tiempo mantienen sus condiciones, no deben estar guardados más de un día. Si el pescado o la carne está cocido, o incluso si la carne está cruda sin picar, aguantan dos días. Algunos embutidos, la leche pasteurizada que ya esté abierta y verduras cocidas pueden estar bien unos cuatro días en frío. Un día más para los platos ya cocinados, verdura cruda y latas de conservas abiertas. Finalmente, aguantan más, en torno a dos semanas, los huevos y la mantequilla.

 

De todas maneras, hablamos de fechas aproximadas en las que empiezan a perder sus propiedades o su excelente sabor. Incluso hay alimentos que no son muy amigos del frío en su conservación. Muchos tipos de frutas y verduras como los melocotones, berenjenas, calabacines y pimientos, entre otros, sufren con bajas temperaturas en su textura y sabor. Al chocolate tampoco le hace gracia el frío: ¿alguna vez has visto cómo se le forma una capita blanca por encima? Pero ojo, si la temperatura exterior es elevada y no vas a consumir estos productos pronto, conviene guardarlos en la nevera. Siempre es mejor estar seguros con su estado.

 

Consejos

 

Terminamos con algunos consejos, que nunca vienen mal. Una de las preparaciones que más sobras suelen dejar son los potajes. Sí, un buen cocido madrileño, una fabada asturiana o muchas sopas y caldos. Pueden guardarse perfectamente en la nevera y en el congelador. Tienes que tomar una serie de precauciones para que estén aptos para su consumo en días posteriores. Si tienes patata cocida en la olla, retírala antes de refrigerar el resto. Se conserva muy mal y puede dañar a los otros ingredientes. En caldos y sopas es mejor quitar la pasta o el arroz de acompañamiento. Se chuparán gran parte del líquido y tendrán una textura no deseada. Otra idea es escurrir las legumbres y guardarlas para hacer una rica ensalada. El arroz y la pasta se conservan bien como sobras, quizá se apelmacen un poco, pero con calor y un chorrito de aceite de oliva los revivirás. En guisos de carne, lo mismo que en potajes, retira la patata. También puedes desmenuzar la carne y preparar unas jugosas croquetas. Si te apetece, las ensaladas también pueden guardarse, pero se conservan mal con el aliño –mejor aliñar cada ración en el plato–. Por último, los fritos deben comerse en el día y mejor fríos, con el calor pierden su textura. Puedes refreírlos con un nuevo empanado.

 

Come y bebe, que la vida es breve. ¡Vamos! Todos a aprovechar esas sobras, algunas deliciosas. Ya sabes que tripa vacía, corazón sin alegría.